30 de agosto de 2006

qué sería de septiembre sin los coleccionables

En esta entrada voy a introducir todos los coleccionables que vea anunciar en la televisión, en la radio, en los quioscos... poquito a poco. Esos coleccionables que nadie termina (o casi nadie) por falta de paciencia o por falta de éxito de la colección, que es retirada del mercado sin previo anuncio y que te deja con el mastil del galeón inglés del siglo XVII, el sombrero de la muñequita de porcelana y la rueda del súper bólido de carreras de 1936, piezas con las que puedas crear un coleccionable propio que se llame "piezas de coleccionables del mundo" para no creer que has perdido tiempo y dinero.
Porque esto de las piececitas es una tontería de las gordas. La primera semana te dan el timón del barco, timón que te pegas toda la semana mirando como un imbécil, incluso girándolo haciendo que vas por alta mar si te falta un hervor, mientras esperas impaciente la pieza siguiente. Y tras siete días vas al quiosco con toda tu ilusión y te encuentras con que te dan un trozo del mástil. Timón y medio mástil. ¿Y qué coño montas con eso? Nada. Otra semana más que te pegas con el timón en una mano y el medio mástil en la otra intentando colocarlos juntos de alguna manera para autoengañarte y seguir creyendo que eso algún día será un galeón inglés del siglo XVII y no que has tirado 1 euro la primera semana y 9 euros la segunda, que encima el incremento en una semana del precio del dichoso coleccionable es incluso mayor que el de la vivienda en España.

Por favor, si alguien ha terminado un coleccionable de los que anuncian en la tele alguna vez en su vida que me lo diga, que tengo curiosidad.

Aquí va la lista.

- Mi casita mediterránea: como una casa de muñecas de toda la vida pero de estilo mediterráneo. Vamos, de esas que todos quisiéramos tener pero en grande.

- Construye tu reloj de cuco: Tu súper reloj de cuco tamaño XXL, deberían decir. Con los típicos muñequitos pero sin cucú, toma ya.

- Bomberos del mundo: Con la primera entrega, el bombero de Nueva York y una pieza de la bomba de agua (que terminará en la colección que os he dicho antes)

- Muñecas del mundo: con la primera entrega, "Madame Bovary".

27 de agosto de 2006

los funerales chinos

El viernes leí en el periódico que se habían prohibido los striptease en los funerales chinos.

"Ah, ¿pero es que en China se hacía striptease en los funerales?", pensé. Un pensamiento lógico, por otra parte. "Pues sí que son modernos y liberales en China, tanto comunismo y restricción de la natalidad"

Seguí leyendo, a ver si me explicaban a santo de qué se había tomado tal decisión y, sobre todo, a santo de qué venían los striptease. ¿Quizá resulta que lo que aquí se conoce comunmente como "despedida de soltero" allí se conoce como "funeral"? Seguro que a más de uno no le resulta una asociación de conceptos tan descabellada.

Pues no, no era eso. Unas líneas más abajo encontré la explicación. Resulta que en China cuanta más gente acude al funeral de una persona, más aumentan los honores del difunto. Vamos, como aquí. Que si te mueres y van cuatro a tu funeral resulta que eras un desgraciado y una mala persona y si van cientos, eras un santo y querido por todos. Independientemente de que resulte que no tengas familia o de que seas el centro de un espectáculo mediático.

Total, que los chinos, que son muy avispados, pensaron que la mejor manera de atraer a mucha gente era sacando a tías que se despelotasen y, claro, eso al final se había convertido en un cachondeo. Allí iba todo cristo, niños, adultos y ancianos, conocieran o no al muerto, y eso no se podía consentir. Que la muerte es una cosa muy seria. Para algunos, claro.

En memoria de Plutón

Plutón ya no es un planeta a secas. Ahora es un planeta enano. Se han reunido los listos y lo han decidido así. Es como si un día se reúnen los que mandan en el mundo y te dicen que ahora ya no eres un ser humano así sin más sino que han decidido que eres un ser humano enano. Hay que tener mala leche.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que el pobre Plutón, además de convertirse de la noche a la mañana en enano, resulta que ha entrado en la categoría de los enanos como segundón, detrás Xena, La Princesa Guerrera, un planeta descubierto por un astrónomo estadounidense (el de la foto) quien, al enterarse de la noticia, ha dicho que "eso era guay" (supongo que sus palabras exactas habrán sido "that's cool") Pues nada. Que vivan la Coke y las french fries.

Parece ser que había dos opciones: o admitir en el club de los planetas a Ceres, Caronte y Xena, descubiertos a partir de 1930, año en el que Plutón llegó a nuestras vidas, o mandar a Plutón a segunda y quedarnos con ocho.
Si optaban por la primera opción, y visto que de ahora en adelante parece ser que está previsto que se descubran mogollón de cuerpos celestes que orbiten alrededor del sol (definición básica de planeta, al parecer) podría suceder que la lista de los planetas aumentara considerablemente en poco tiempo, así que han decidido curarse en salud, quedarse con los ocho seguros en primera y mandar al resto y a los que lleguen después a segunda división. Algo así como el G-8, que siempre son los mismos aunque poco a poco algunos decaigan y otros les ganen terreno.

Y todo porque el pobre Plutón es chiquitito y tiene una órbita irregular. Pobres de los bajitos borrachines.

Obviamente, ya han llegado las quejas a esta decisión. Maestros de escuela, por ejemplo, que se quejan de que, después de toda una vida dedicada a enseñar una lista de nueve planetas a sus alumnos tienen ahora que darles explicaciones de porqué han de quitar ahora el último, el tan querido Plutón. Porque es verdad que a Plutón se le coge cariño, cae simpático. Es (era) el último, el chiquitín, algo así como el hermanito pequeño, el niño planeta. Jupiter es el grandullón, Mercurio el pequeño protestón, Venus el guapo y Marte el rarito (al menos para mí, qué pasa) Para convencer a los maestros de que esta decisión es la mejor supongo que valdrá con preguntarles si, en lugar de enseñar una lista de ocho planetas prefieren vérselas con enseñar una de veinte que aumenta cada década.

Y también ha llegado el cachondeillo, como una encuesta que he leído recientemente en la que se pedían propuestas para cubrir el hueco dejado por la recién retirada estatua ecuestre de Franco en la Academia General Militar de Zaragoza. Un 25 % proponía un monumento a la memoria de Plutón. No me extrañaría que de aquí a nada aparezcan preguntas trampa en los concursos de la tele del tipo "Cuántos planetas hay" o "Cuál es el nombre del planeta más lejano".

Y es que nos va a resultar difícil acostumbrarnos al cambio... Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plut.... Urano y Neptuno. Y Xena la Princesa Guerrera.

14 de agosto de 2006

ayudas a la reconstrucción

Hoy he escuchado en un informativo que Suecia tenía previsto organizar una reunión de países con el fin de recaudar fondos para la reconstrucción de Líbano.
¿Recaudar fondos? ¿Para la reconstrucción de Líbano?
Que la pague Israel, no te jode. Israel destruye a zambombazos medio país sin que nadie se lo pida y la reconstrucción la vamos a pagar los demás, ¿o qué? Aquí iría un "pues van daos", pero me temo que los que vamos a ir "daos" somos nosotros, que lo vamos a terminar pagando de nuestro bolsillo igual. Este mundo es pura hipocresía.
Las Naciones Unidas, que se reúnen para hacer el paripé mientras Israel sigue dale que te pego le digan lo que le digan; Estados Unidos, que ni condena ni intención que tiene, teniendo como tiene a los que no caben en Israel en su propia casa. Patapam. Patapum. Nosotros, a lo nuestro. A bombardear amparados en nuestro derecho a la defensa de nuestro país. Que destrocemos otro, nos la suda. Todo lo que pase más allá de la rayita de puntos del mapa nos la suda. Que luego ya llegará un país neutral como Suecia que reuna con fines solidarios a otros países que se comprometan a ayudar económicamente en la reconstrucción del desastre. La reconstrucción de lo reconstruíble, claro, porque a los cientos de muertos no los van a resucitar. Ni tampoco sus casas, ni sus rutinas diarias, ni sus vidas tal y como eran antes de recibir los bombazos.
Se destroza, se reconstruye. Con el dinero de todos. De los que no apoyan estas "estrategias defensivas", también. Y parece que con eso, todo arreglado. Pues no.
¿Cuándo vamos a dejar de hacer el hipócrita de esta manera? ¿Habrá alguna vez alguien con un par de cojones para decir que ya está bien, que esto no se puede tolerar más? ¿O seguiremos jugando a la pescadilla que se muerde la cola hasta devorarse por entero?
No estoy contra Israel ni a favor de Líbano. Musulmanes y judíos, ni musulmanes ni judíos.
Estoy contra este mundo de mierda en el que se consiente chapuza tras chapuza, en el que los problemas se tapan con y por dinero, en el que el fuerte hace lo que le da la gana y el débil quiere convertirse en el fuerte.
Estoy que me muero del asco.

13 de agosto de 2006

escuchas en el vestuario

Un rato del fin de semana lo solemos dedicar a jugar al tenis. Vamos a una piscina cercana en la que alquilan pistas, así que yo me voy con la ropa de piscina, después me pongo la de tenis, después la de baño y después otra vez la de piscina.
Soy rarita, lo sé, qué pasa.
El caso es que paso varias veces por el vestuario. Mientras me desnudo y me visto me entretengo leyendo las pintadas que invaden las puertas.
Sheila x Pitu Vane x Kike Jessi x Cristian Sheila Vane Pitu las mejores Jeni zorra Luismi tio bueno y un largo etcétera de la misma calaña. Literatura pura que, además, me hace preguntarme en qué momento dejaron las niñas de llamarse Laura, Silvia y Ana para llamarse como las que viven cruzando el charco. Supongo que en el mismo momento en el que los padres dejaron de alimentarse de gazpacho y tortilla de patatas y pasaron a hincharse de hamburguesas y cocacola. O igual no.
En fin, que una mañana, en uno de mis múltiples cambios de vestuario, me sorprendió una conversación que mantenían dos muchachas en el vestuario de al lado.

- ¿Pero por qué no me coge el teléfono el hijo de puta éste? Pues que se vaya a tomar pol culo. Que me alegro de que su madre se haya muerto. ¿No se murió la mía también? Pues que se joda. Que la suya además se ha muerto por gorda.
- Le dio un infarto...
- Sí, pero por gorda. Le dio un infarto por gorda. La tía guarra. Que se joda. Que a mí mi madre también se me murió. Pero la mía se murió de pena, no como la suya, que se ha muerto de gorda. Ahora que se joda. Que me alegro de que se haya muerto. Venga, ¡chochos fuera!

Ahí yo ya supuse que empezaban a cambiarse de ropa y decidí que era buen momento para largarme de allí. Cuando abrí la puerta, mi mirada se cruzó con la de una señora de unos 70 años que se estaba colocando el gorro de baño frente al espejo. Ambas nos miramos con una sonrisilla de "holabuenas" y unos ojos de "joderconlaniña", y ahí se quedó la cosa.

Sin embargo, a mí me pudo la curiosidad y me esperé en la puerta del vestuario para ver salir a Miguel de Cervantes.
Tendría unos veinte años.
Con el pelo largo, negro, recogido en una coleta.
Llevaba un bañador azul.
Y estaba gorda.

5 de agosto de 2006

¿y yo por qué sueño estas cosas? (capitulo 3: Bustamante)

Noche del viernes al sábado.

Una localidad costera, entre montaña y mar, verde, situada a los pies de una colina. Un sitio muy bonito. Al otro lado de un lago, un edificio de cristales y metal, como un pabellón de invierno, de esos típicos de la arquitectura de la Revolución Industrial. Parece que dentro se celebra una fiesta. Cruzo el lago no sé cómo, sólo sé que de repente me encuentro en la entrada del pabellón. Por dentro, sin embargo, es cálido, de madera oscura y bronce, con unas grandes lámparas Tiffani de cristales verdes y amarillos colgando del techo. Al atravesar la puerta, se me engancha la chancleta en una de las uniones del suelo de madera y la pierdo. Llevo las chancletas rosas a rayas de colores que hasta hace dos días llevaba por casa y que ahora están ya en la basura. "Aquí estoy, como Cenicienta entrando en el palacio y perdiendo su chancleta", pienso. Y sonrío al pensarlo. Junto a mí pasan dos chicos, uno me mira curioso "¿De qué te ríes?", pregunta. Es moreno, con el eplo corto. No es feo pero tampoco guapo. Miro a su acompañante. Es David Bustamante. "De él", le respondo. Miro a Bustamante y le digo: "Enhorabuena por tu boda. Y a Paula también, claro" Me dirijo a Bustamante como si le viera todos los días. Recuerdo que cuando vi las imágenes de su boda me transmitieron emoción, la pareja parecía realmente feliz. Bustamante me da un abrazo. "Gracias". Comenzamos a caminar. "Espero que tú también encuentres a alguien especial", me dice. Le miro y sonrío. "Hace tiempo que lo encontré ya", le digo. "Casi diez años", pienso.
"A mí me agobiaría mucho tener a la prensa todo el día detrás", le digo. "Bueno, es que los de Estopa son así...", me responde.
Por ciencia infusa sé que los Estopa son los representantes de Bustamante y que consideran que tener a las cámaras detrás es una buena forma de mantener la publicidad.
Llegamos a la esquina de la calle de mis padres. De la calle, calle de mis padres, no de la calle de mis padres en esta localidad imaginaria. Me despido de Bustamante con otro abrazo. "Hala, adiós". "Adiós".

Nunca escucho a Bustamante. No se encuentra entre mis intereses ni preferencias musicales.
No sé quien es el chico que le acompaña en el sueño.
El fin de semana pasado estuve en Oloron, un pueblo del Pirineo francés; hace dos en Pirineos Sur. Creo que de ahí salen el pueblecillo, el verde y la fiesta en el Pabellón.
Las chancletas las he llevado muy a gusto durante dos veranos, pero este último ya andaba más sobre el suelo que sobre ellas cuando las llevaba puestas, así que decidí que era el momento de dejarlas pasar.
Llevo diez años con Sergio. Él es mi alguien especial.
Tampoco escucho a los Estopa.
Ayer estuve en casa de mis padres.

2 de agosto de 2006

la programación de tarde

El miércoles me tocó planchar. Tenía plancha para rato, así que me puse la tabla delante de la tele y a darle. Al final, planchar fue lo menos malo. Tuve la oportunidad de consumir la programación televisiva de la tarde y casi vomito.

En Cuatro, un concurso de encontrar pareja para cibernautas. Un tío que tenía que elegir entre tres tías sin verlas directamente. Lo típico. Sin embargo, aquí incluían una breve presentación visual de las chicas antes de empezar la ronda de preguntas y respuestas, sin llegar a desvelar qué cara correspondía a qué nombre. Pequeña putada para el que elige, porque ya sabe qué se puede llevar y qué no. Y, si entre lo que se puede llevar no hay nada bueno, pues imagínate tú; con la presión constante de conseguir elegir al menos lo menos malo. Las opciones eran tocha, teñido generalizado y sobrepeso; los comentarios del presentador, tipo "aquí tenemos a tres bellezones, lo mejorcito de internet", para darle de bofetadas; y la cara del que elegía, pa'verla.
La primera descartada fue Fulanita, que resultó ser la teñida. La cara del concursante al ver el resultado de su decisión fue de "cachis". La segunda descartada resultó ser la de la tocha. Al conocer el resultado el concursante no pudo disimular lo suficiente y se le intuyó un "joder, que me he quedado con la gorda" interno preocupante. Hala, quitemos la barrera que separa al concursante de su elección. El presentador tocando las narices con un "Vaya bellezón que te has llevado ¿eh? ¿Estás contento?" y el concursante afirmando con la cabeza con la credibilidad actoral de Silvester Stallone. La pobre chica, consciente de sí misma, estirándose la camiseta con el fin de disimular lo más posible la inexistencia de cintura en su fisionomía. La chica he de decir que era simpática y mona de cara, pero de ahí a bellezón... Y el presentador dale que te pego con que qué pareja más estupenda, que daos un beso, hombre, que ya veréis qué bien os lo pasáis corriendo desnudos por las playas de Ibiza (literal) Dudo que llegaran al aeropuerto.

La segunda parte del concurso consistía en tres chicos y tres chicas que, formando parejas rotativas, intentaban conocerse en tres minutos a ver si en ese tiempo surgía el amor. Las preguntas que entre ellos se hacían para alcanzar este objetivo eran tipo "cuál es tu fantasía sexual preferida", "dónde te gustaría hacerlo", "cuál es el sitio más raro en el que lo has hecho", "lo harías con una chica en tu primera cita", etcétera. Vamos, preguntas de lo más románticas, dirigidas a encontrar al amor de tu vida.
Al final, todos tenían que decir a que miembro del sexo opuesto elegían y, si alguna de las elecciones era correspondida, pues alegría. Una alegría, hubo. Las tres chicas eligieron al mismo chico (aún me estoy preguntado yo porqué) y ese chico eligió, obviamente a una de las tres. En concreto, a la que había confesado a cámara que el niño estaba buenísimo y que la tenía loquita. Dieciocho añitos de hormonas habían descubierto eso en un minuto escaso de relación con el muchacho. Una vez elegidos mutuamente, lo típico: daos un besito, majos. Miradas de turbación, que voy o no voy... ¡y zas! las hormonas se revolucionan y la niña le suelta al muchacho un morreo de los de esquina de bar de marcha que casi saca al pobre de plano. Aquí se termina lo que se da.

Todavía conmocionada, cambio de canal.

El Diario de Patricia. Madre e hija que entran en plató. "Le dihe a mi cuñá de que cuidaa el nisho de mi marío y le plantó doh floreh de Pahcua. Cuando fui a decile que de plantas na, que eso era un zementerio y no un jardí, me diho de todo, hahta que había matao yo a mi marío a dihguhto. Y pa' dihguhto er nuehtro, figúreseh uhteh. Azí cahora quiero que mi tía pidah a mi madreh dihculpah delanteh de toa Ehpaña"
Pues muy bien. Madre e hija que salen del plató. Va a entrar su tía-cuñada y no sabe que ellas están allí.
Nuestra siguiente invitada es fulanita. Fulanita que entra. Fulanita, ¿usted se lleva bien con su familia? Sí. ¿Con su familia política también? Sí, tambié. Pues tenemos aquí un mensaje para usted. Pantalla: "Tía, que lo que le dihisteh a mi madreh fue mu feo. Yo quieroh de que mehplique delante de toah Ehpaña poqué dihihte eso y que la pidah dihculpah delante de toa Ehpañah"

"Yo no tengo que pedihle dihculpa de na"

Que entren la sobrina y la cuñada. Entran.

Poh de que ehtoh. Poh de que lo de mah allá.

La cuñada marvadah: "A mi ehtoh no me hase ninguna grasia, yo venia aquí a que me dieran una zorpreza y me encuentro con ehto. Loh trapoh zucio se lavan en caza, que vivimoh a veinteh minutoh" La cara de la cuñada marvadah era pa' de que vehla.

Yo sentí una vergüenza ajena tal, que a puntito estuve de apagar el televisor. Pero lo máximo que hice fue cambiar de canal. Que aún me quedaba un huevo que planchar.