29 de mayo de 2007

autorretrazo



No es una gran foto, es cierto... pero, como autorretrazo, tiene su explicación:

Yo creo que hay gente Epi y gente Blas; y yo, definitivamente, a pesar de tener mi toque Epi, soy tipo Blas. Qué le vamos a hacer.
Autorretratarme con la careta era algo así como mostrar mi personalidad (Blas) sin mostrar mi rostro (que no lleva asociados unos rasgos de carácter tan establecidos como los de la cara de Blas) a través de un acto Epi (el acto infantil y lúdico de ponerme una careta)

¿Necesito psicoanalizarme?

18 de mayo de 2007

semana

El miércoles le quise comprar a la quiosquera el periódico que ya le había comprado el martes.
Me miró raro y me dijo:

- Ya te lo llevaste ayer.
- Claro, ayer me llevé el del lunes y hoy quiero el de hoy- le respondí.
- Pero es que hoy es miércoles.
- ¡No fastidie!

Pues sí. Era miércoles.

Ayer, jueves, me levanté convencida de que era viernes.

Mañana no tendría que madrugar.
No tendría que elegir que ropa ponerme.
No tendría que ir a trabajar.

"Hoy es jueves, 17 de mayo. Vamos con el zumo de periódicos, Juan Herrera"

Pablo Motos me devolvió a la cruda realidad.

Mañana tendría que madrugar.
Tendría que elegir qué ropa ponerme.
Tendría que ir a trabajar.

Menuda putada.

Lo único bueno es que de camino al trabajo paso por una fábrica de galletas justo en el momento en el que las están horneando.
Las de ayer eran de coco.

La calle es fea, triste, de aceras estrechas y te pega el sol en los ojos.
Pero, al menos, huele bien.

Esta semana se me ha hecho larga e intermitente.
Y he tenido tortícolis, además.
Yo creo que gran culpa de mis saltos y retrocesos mentales en el tiempo lo han tenido las pastillas.

"Toma una pastilla al día y ponte la mantica eléctrica mientras veas el CSI".
Palabras textuales del Dr.Cuchi.
Va a ser que CSI cura la tortícolis.
Pues igual sí, porque no lo he visto (no lo veo nunca) y así estoy, que no termino de curarme.

Y dentro de dos días, lunes otra vez.

Mi nombre es Cuatro... Menos Cuatro.

15 de mayo de 2007

historias en el médico

Hoy tenía hora en el médico a las 16.15. Cuando he llegado, había tres personas más esperando. Una tenía hora a las 16.08, otra a las 16.10 y, la última, a la misma hora que yo. Sólo que esta última ha debido de entender mal porque la han llamado antes de la que tenía para las 16.08.
A qué horas más raras te citan para el médico... Y qué poco sentido tiene, porque citan a una persona cada 2 minutos como si ese fuera el tiempo que te van a dedicar... que menos mal que no es así. No hay más que ver que yo tenía hora a las 16.15 y he entrado a las 17.15. Que está bien que no te vengan con prisas pero, vamos, tampoco es eso, digo yo. Que citen cuatro pacientes a la hora, que es lo que tendría que ser para estar todos contentos.
En fin, que como yo ya me conocía estos retrasos, me he llevado un librico sobre Velázquez para entretenerme e ilustrarme durante la espera. Y en esas que estaba yo tan tranquilamente leyéndome el libro (a pesar de mi tortícolis, que por eso estaba allí) cuando ha llegado una señora, menudica ella, y se ha sentado a mi lado.
Yo pasaba las páginas, ilustradas con bellas obras del pintor, y la señora me miraba de reojo. Que si La fragua de Vulcano, y la señora me miraba. Que si el retrato equestre de Felipe IV, y la señora, que volvía a mirarme. Yo creía que estaba interesada en el libro, como cuando en el autobús los que van de pie leen el periódico del que va sentado, pero esa hipótesis se ha esfumado cuando la señora, de repente, se ha levantado para cambiarse de sitio. Su nueva ubicación era el único asiento que quedaba libre en la pared de enfrente, completamente opuesto al mío.
Lo primero que he pensado, he de confesarlo, es que igual resultaba que yo olía mal. Y no me neguéis que eso es algo que todos habriais pensado en mi situación. Yo estaba convencida de que no era así, pero ha sido el primer motivo que ha venido a mi mente. Una vez descartado tras una inspiración profunda pero disimulada, he pensado que quizá quien olía era el señor de al lado. La inspiración había dado como resultado la constancia de algún ligero efluvio oloroso propio del calor procedente de su persona, pero no tan insoportable en mi opinión como para cambiarse de asiento. Al menos yo no lo había notado hasta ese momento, y había sido necesaria, como digo, una profunda inspiración.
Descartado el tema oloroso, he pensado que quizá la señora, maniática, prefería sentarse de cara a la entrada (yo estaba de espaldas) O que quizá prefería tener más luz (mi fila de asientos no caía exactamente bajo el fluorescente) Ahí estaba yo dándole vueltas al asunto cuando oigo que la señora comenta en voz alta con sus nuevos compañeros de asiento: "Yo es que con la pintura no puedo".
Ya nos había dejado a todos intrigados con su cambio de lugar (aunque probablemente todo el mundo hubiera asumido simplemente que yo olía mal) , pero ese comentario fue lo que nos faltaba para no entender nada. Por lo menos a mí. "¿Que no puede con la pintura?"- pensaba- "No me jodas que se ha cambiado de sitio porque estoy leyendo un libro de Velázquez..."
"Yo es que no puedo con la pintura, de verdad" - repetía mientras echaba miradas a mi libro. "Y mi madre, tampoco. Pero de siempre, además. Nos ha pasado de toda la vida". Las personas allí sentadas miraban alternativamente a la señora, al libro y a mí. Dos jóvenes sentadas junto a la señora se giraban dándole la espalda mientras intentaban contener la risa. Mi cara debía de ser un poema.
"Me pasa igual con los periódicos. No los puedo ni leer. Es abrirlos y no aguantar del olor". - decía la buena mujer. Ah... ya iba yo entendiendo algo... "No puedo con el olor a pintura, es que no puedo" - se explicaba.
Buf, menuda tranquilidad. Con lo que no podía la señora era con el olor a tinta (o a pintura), no con la pintura en general, y menos, supongo, con Velázquez.

- Si me lo hubiera dicho, habría cerrado el libro y ya estaba-. le he dicho. Aunque yo no notaba el olor a pintura por ninguna parte. Quizá mínimamente...

- No, da igual, maja, no te preocupes. Ya has visto que me he cambiado de sitio y arreglado.

- Pues yo no huelo nada desde aquí-. ha informado una señora sentada junto a la primera.

- Y sin embargo yo, ya ve. Me he tenido que cambiar de lo mala que me estaba poniendo. Mientras no llegue el olor hasta aquí... Sigue, sigue leyendo tranquila.

Eso ya ha estado más difícil porque, una vez que le ha dado a la señora por comenzar a charrar, no ha parado. Que si con lo menuda que era (no mediría más de 1,40) había llegado a pesar 60 kilos, que si cuando se casó pesaba 33, que si formaba parte de un grupo jotero en el que ella era cantadora y bailadora, aunque con esos pies que llevaba ahora ya no podía casi bailar... en fin, cosas de su vida. Yo, como estaba a una distancia considerable de la buena mujer y, a pesar de que de vez en cuando me buscaba con la mirada, he conseguido centrarme en la pintura de Velázquez y su persona. Y, eso sí, contenta de no oler mal.

13 de mayo de 2007

vigésimos

Así es como ha quedado España en el Festival de Eurovisión. Vigésima de veinticuatro.
Ha ganado Serbia, seguida de Ucrania y Rusia... uy, qué cosas. Va a ser que todos los países vecinos del bloque del este se votan entre sí...
Aunque quizá simplemente es casualidad y yo soy una mal pensada...

Veamos: ¿quién ha dado 12 puntos a Serbia?

Montenegro, Croacia, Eslovenia y Macedonia.

Pues resulta que no va a ser casualidad.

Y además me parece que no es la primera vez que pasa... creo que últimamente siempre se reparten los votos entre ellos. Así que este festival se va a convertir en un cachondeo. Este año gana Serbia, al que viene ganará Ucrania, o Macedonia, o Rusia...

Otro dato significativo: los últimos han sido Francia, Reino Unido e Irlanda.
Esto me suena a que en Europa mandaremos algunos más que otros pero en Eurovisión... para rato nos van a dar el gusto.

El Festival de Eurovisión, por mucho que no se quiera, sigue teniendo un ligero matiz político. Y vencer en él, aunque sea a través de una canción, no deja de ser una victoria.

11 de mayo de 2007

el festival de anglocanción

Ayer pillé en un zapping la fase clasificatoria para el Festival de Eurovisión, o algo así. Concretamente era el resumen de las actuaciones, y me indigné tanto o más que cuando se cruzó en mi vida Cambio Radical (ver entrada un poco más abajo)
Lo que motivó mi indignación no fue que el 90% de las canciones fueran popfestivaleras, armadas sobre un ritmillo pegadizo basado en el chuntichunti y con un estribillo repetitivo hasta la saciedad inspirado en la más básica de las melodías componibles con Mi primer organillo, sino que la gran mayoría estaban cantadas en inglés. Hasta los suizos, que pueden elegir entre el francés, el italiano y el alemán, cantaron en inglés. Que más que el Festival de Eurovisión parece el festival de Anglocanción. Y eso que los angloparlantes no son mayoría en Europa, que sepa yo. Pero, claro, no nos van a hacer cantar en alemán, que creo que son los que ganan. Porque mira que las canciones cantadas en alemán suenan mal...
Entre la oferta, sin embargo, había cosas raras como los letones cantando en italiano, la chipriota cantando en francés (supongo que para no darles el gusto ni a griegos ni a turcos) o unos punkarras andorranos que cantaban en español, catalán o similar. Vamos, que la cosa, al parecer, estaba en que nadie cantara en su idioma (aunque desconozco cual es el idioma oficial de Andorra... ¿el francés?) Excepto los británicos e irlandeses, claro, que, aunque no tuve el gusto de verlos, supongo que cantarían en inglés. Faltaría más. Ah, y nosotros, los españoles, que pese a haber metido como estribillo y en el título ese híbrido latisajón que es I love you mi vida, cantamos en español.

La canción que nos representa juega con rimas tan innovadoras como amor-pasión, entre otras, y aporta un estribillo profundo que consiste básicamente en repetir Iloveyoumivida-uh-eh-oh.
Algo grande, vamos. Al nivel de Eres tú o incluso más. Hasta Bandido era mejor. Qué digo Bandido, hasta Made in Spain era mejor. Me atrevería a remontarme incluso al Quién maneja mi barca-quién, pero eso creo que es un hito insuperable.

Y yo me pregunto: ¿por qué han dejado de presentarse, ya no digo canciones buenas, canciones decentes a Eurovisión? ¿Por qué suenan prácticamente todas mal y prácticamente todas igual?
¿Para qué coño sirve el Festival de Eurovisión? ¿Por qué Nash ahora es D'Nash? ¿Quizá por lo mismo que Tamara pasó a ser Yurena?

Ahora sólo falta que mañana ganemos...

9 de mayo de 2007

el baile español

El viernes pasado tuve mi primera experiencia de contacto directo con el baile español. Y con contacto directo quiero decir que, por primera vez, acudí al teatro a ver un espectáculo de este tipo. Aunque salí zapateando y gritando tacatá entre palmas, dista mucho el día en el que me dé a mí por ponerme los zapatitos de tacón y taconea. Y que conste que no es por falta de ritmo, que de eso sí que tengo, sino por falta de tiempo, que no se puede hacer de todo en esta vida.
Sin embargo, es difícil que, tras ver un espectáculo de este tipo, y a poco que te guste el baile, no se te pase esa idea por la cabeza varias veces durante los diez primeros minutos posteriores a la bajada del telón. "Nos tendríamos que apuntar a clases de baile español"-comentas así por lo bajini entre los amigos asistentes, a ver si alguno te sigue el hilo. Pero enseguida vuelves a la realidad de tus circunstancias. Sucede como cuando ves Roland Garros en la tele, que te entran unas ganas tremendas de ponerte a dar raquetazos pensando que, en cuanto cojas la raqueta, vas a soltar drives como los de Nadal.

Además de darme ganas de taconear, el espectáculo me gustó mucho. Aunque la primera línea del programa, en la que se explicaba de qué iba la cosa, no ayudaba demasiado a crear expectación: "Este espectáculo carece de cualquier línea argumental", decía más o menos. Y tenía razón; no se contaba una historia, pero ni falta que hacía. Baile, cante, música. Un cuerpo de baile, dos bailaores invitados y la estrella de la compañía, Sara Baras. Palíndromo.
Me emocionó en ocasiones, me impresionó en otras. Qué arte con los pies, y qué arte con las manos.

Y también hizo que vinieran a mi cabeza unas cuantas dudas existenciales de estas absurdas que sirven para pasar el rato pero, casi nunca, para facilitarnos la existencia si se resuelven.
Por ejemplo:

¿Un calvo puede ser bailaor de flamenco?

Guitarrista está claro que sí, que la Baras lleva a dos, pero bailaor... Antonio Canales tiene pelo... Joaquín Cortés, también... Antonio Gades lo tenía... Farruquito... Rafael Amargo... hasta Ernesto Neyra tiene pelo. Aunque ese no sé si vale porque lo que no está claro es que sea bailaor.
Desde luego, los dos bailaores invitados de la Baras tenían pelo, y los miembros masculinos del cuerpo de baile, también. Y no sólo eso, sino que lo tenían largo, además. Greñas, que se dice.
Y hacían con su pelo mojado-engominado así, zis, zas, de un lado a otro entre contorneo y contorneo.
Porque no vale con tener pelo: además hay que llevarlo largo. Y aquí es donde entra la segunda duda:

¿Se puede tener el pelo rizado (no ondulado) y ser bailaor de flamenco?

Pues sí. Al menos, en la compañía de Sara Baras. Aunque también es verdad que la genética había obsequiado al bailaor en cuestión con rizo de este prieto (pelopolla, para entendernos), alejándole de ese modo de los caminos del Heavy Rock. Eso sí, no es lo mismo el zis, zas de la cabellera lisa o ondulada que la de pelopolla: la primera se mueve ligera, anárquica, ondulante; la segunda se mueve en plan cola de castor, toda de una vez y de arriba a abajo. Plof-tacatá-plof-plof-ele...

La tercera duda; ¿cuántos trajes iguales tiene esta gente? ¿O en cada espectáculo llevan un modelo distinto? Porque anda que no sudan ni nada. ¿Acaso la compañía tiene un servicio de limpieza tan eficiente que le tiene limpios y planchados todos los trajes de una función a otra?

¿Se hacen los zapatos a medida?
¿O se colocan algo dentro para que no les baile el pie, por contradictorio que parezca, y no les hagan rozaduras?

¿Por qué nunca antes me había hecho estas preguntas?

¿Habrá alguien más en el mundo o, al menos, entre los espectadores de la representación, que estén perdiendo el tiempo como yo pensando en estas tonterías?