29 de marzo de 2009

i migliori anni della nostra vita

Últimamente emiten en La Primera un programa que se llama Los mejores años de nuestra vida. La verdad es que el programa ni me va ni me viene, pero su nombre y su música de cabecera sí que me llamaron bastante la atención porque son la traducción al castellano de una canción del controvertido artista italiano Renato Zero titulada I migliori anni della nostra vita, casi un himno en aquel país.

La primera vez que escuché esta canción fue en Roma, en el concierto Live 8 que se celebró en el Circo Massimo el 2 de julio de 2005 y, contemporáneamente, en otras 7 ciudades del mundo. Cuando sonaron los primeros acordes de esa canción y Renato Zero apareció en el escenario (al que nosotros desconocíamos por completo), el Circo se vino abajo. La gente comenzó a llamar con sus móviles a familiares y amigos para hacerles partícipes de lo que estaba a punto de suceder. Aún más cuando salió a acompañarle Laura Pausini. Y mucho más aún cuando a ellos dos se unió Claudio Baglioni (un equivalente al Camilo Sesto de los 70 que sigue en activo y, aún hoy, volviéndolas locas... un día subiré un post sobre este tipo) Los tres se unieron en el estribillo de la canción: los mejores años de nuestra vida, abrázame fuerte que ninguna noche es infinita, coreados por las miles de personas que se encontraban allí, incluidos nosotros. Era imposible no sucumbir a ese momento emocionante y nostálgico al mismo tiempo, sobre todo para nosotros, que sabíamos que antes o después deberíamos despedirnos de esa ciudad y de nuestra vida allí, de una parte de los mejores años de nuestra vida.




26 de marzo de 2009

la conciliación


Olé por la eurodiputada danesa Hanne Dahl, que se ha llevado a su bebé a una sesión de votación en el Parlamento Europeo de Estrasburgo. También es verdad que el bebé tiene pinta de ser una bendita (para rato se queda Mateo así de tranquilo en sus inicios), pero ahí están las dos: la madre prestando atención a sus papeles y a su trabajo, levantando la mano derecha para votar, y, al mismo tiempo, ejerciendo como madre al tranquilizar a su bebé con la izquierda. Eso SÍ es conciliación de la vida laboral con la familiar.

Fuente: El País 26/03/2009

18 de marzo de 2009

el gimnasio

(Este post viene a cuento de un comentario que hace Mammi Kangaroo en el post anterior sobre el step. Me he puesto a contestarle y, como me he liado contándole mi vida, he pensado que casi mejor lo escribo en un post).

Yo al gimnasio me he apuntado tres o cuatro veces en mi vida y, al final, siempre he terminado pensando lo mismo: "Por qué narices me habré apuntado yo a esto... otra vez".

Cuando era pequeña, mi madre me quiso apuntar a gimnasia rítmica, que es a lo que entonces se apuntaba a la niñas (a eso o a ballet) pero, nada más verme, la monitora nos dijo que el kárate igual se me daba mejor (básicamente porque era como el Piraña). Mi madre le hizo caso y me pegué un porrón de años con el kimono gritando "kia!" y soltando patadas y puñetazos (llegué a cinturón marrón y todo) Cómo no iba a salir brutica si me entrenaba tres veces por semana.
Sin embargo, cuando se empeñaron en que hiciera kumite (combate ya de darse en serio), les dije que nanai y lo dejé. Era brutica pero también poco amante del riesgo físico.

Muchos años después, en Roma, me apunté a una cosa que se llamaba Aero Box. Era una especie de boxeo suave, con guantes, saco y todo el patín, y la verdad es que me gustaba bastante. Además, iba a clase con Sergio y eso siempre le daba gracia al asunto. Os podéis imaginar a Sergio y su coordinación enlazando golpes de boxeo contra un saco. Recuerdo que una vez lo colocaron de pareja con un tipo que abultaba dos veces lo que él para que le sujetara un escudo mientras el otro pegaba patadas a diestro y siniestro. Cuando llegamos a casa, el pobre llevaba medio costado amoratado. Eso sí, mientras el otro golpeaba no dijo ni mu; para mí que bastante tenía con aguantarse de pie.

Y ahora, he vuelto a apuntarme al gimnasio. Realmente lo del step fue una casualidad, porque yo a lo que voy es a Body Power (que hay que ver qué nombres le ponen a estas cosas) que no es otra cosa que levantar pesas al ritmo de música chunta-chunta a todo trapo. No está mal, aunque me lo tomo con calma: mientras que mis compañeras levantan mínimo cuatro kilos (dos en cada lado), yo sigo con mis dos kilicos. Mi fuerza es algo irrisorio.

Porque para ponerme en forma igual no me sirve el gimnasio, pero para darme cuenta de mis limitaciones y de mi pésimo estado físico, para eso me sirve pero bien. Creo que a eso le llaman masoquismo psicológico.

step

Hoy he ido a una clase de step. Pa' verme. Yo creo que no he dado un paso bien. Sólo os diré que a los diez minutos de estar volviéndome loca me he dado cuenta de que en la coreografía, si ya estaba perdidica con tener que subir y bajar de mi step, tenía además que pasar al step de mi compañera de la derecha en determinados pasos. Si ya andaba como un pulpo en un garaje, ahora andaba como dos. Obviamente, no iba a hacerle a la compañera la putada de ocupar su step a ratos (si hubiera ido al ritmo no hubiera pasado nada, pero es que no era así ni por asomo) así que me he colocado otro step al lado del que ya tenía, me he apartado un poquico y ahí he seguido yo, bailando como bailaría El Risitas un hip-hop en "Mira quien baila". Igual él lo hacía incluso mejor.

¿Cómo narices pueden seguirse los pasos si la mitad de ellos hay que darlos de culo a la monitora? ¿Hay que tener visión en el cogote para hacer step? ¿Cómo puede una aprenderse subidas, bajadas, chachachás (aún no sé qué es eso), giros y demás virguerías en infinitas combinaciones con sólo repetirlas tres veces (y de culo, como os digo)?

Esta noche he visto un reportaje sobre niños súperdotados pero no salía ninguno que hiciera step, pero fijo que alguno tiene que haber. Carolina, menudo mérito tiene hacer eso, hija mía. Y lo que cansa porque yo, para no hacer nada, he terminado agotada.

11 de marzo de 2009

encarnita polo vs beyoncé

En 1969, Encarnita Polo, junto con el músico argentino Adolfo Waitzman, lanzó el tema "Pepa Bandera", versión pop de la canción que años antes había interpretado de un modo bastante más folclórico Lola Flores. Acababa de nacer el "Flamenco Pop".



La canción fue un éxito rotundo y en 1970 lanzaron un segundo tema: "Paco, Paco, Paco", versión pop de una copla de Rafael de León interpretada por Concha Piquer en los años 40:



Y ahora, esto es lo último que se le ha ocurrido a alguien hacer con la canción... ¿Flamenco Black Rythm&Blues?



Por cierto, que se comenta que la bailarina negra que acompaña a Beyoncé en el vídeo era su profesor de baile...

Paco, Paco, Paco... que mi Paco...

8 de marzo de 2009

orden por cajones

Si uno quiere aprovechar al máximo el espacio en un dormitorio no demasiado grande, una de las opciones que siempre le viene a la cabeza es meter cosas bajo la cama. La opción más rudimentaria es meterlas tal cual, al montón, pero se puede ser un poco más "cuco" y utilizar cajas de plástico con ruedas que, al menos, protegen las cosas de la cantidad de mierda que se acumula bajo la cama (sí, aunque se metan cosas debajo, la mierda llega igual) Para los que, además, quieren disimular su afán de acumular sin conocimiento se inventaron los canapés (no los de comer en toda celebración que se precie sino los otros) Y para aquellos que acumulan sin conocimiento bajo la cama pero que, además, quieren tenerlo todo en orden se inventaron los canapés con cajones. Éste, en concreto, creo que es el que riza el rizo. Como aquí no te quepa todo lo que tienes que guardar... chico, tienes un problema.

4 de marzo de 2009

tenis de mesa, aka ping-pong

Yo jugué durante bastantes años al tenis de mesa, desde los 9 hasta los 22 años, aproximadamente (fui a campeonatos y todo, pero porque aquí chicas había cuatro, iban tres y yo no era la peor) y le tengo un especial cariño a este deporte. Es verdad que mucha gente se tomaba un poco a cachondeo que yo dijese que lo practicaba, que fuese a entrenar y que cuidase mi pala como oro en paño, pero así era.

Pelotear como su nombre indica, ping-pong-ping-pong, sin que la bola caiga al suelo o se quede en la red, es como entrar en trance. Los ojos no dejan de seguir la ligera pelotita mientras el cuerpo se balancea rítmicamente y los pies se inventan nuevos pasos de baile a cada toque. Con un poco de pericia y concentración puedes estar así minutos. Ping-pong-ping-pong-ping-pong...
Después puedes aumentar progresivamente el ritmo y jugarte un final de punto con un golpe rápido y certero que deje al contrincante con los pies pegados al suelo. Y respirar. Acabas de soltar una cantidad de adrenalina fantástica.

Aquí os dejo dos vídeos, uno de un punto genial y otro... también de un punto genial. Para que veáis que el tenis de mesa puede ser bastante más entretenido de lo que algunos creen a simple vista.




Videos tu.tv

2 de marzo de 2009

el justiciero de Lazkao

El otro día, a Emilio G. le destrozó media casa la detonación de un artefacto colocado por E.T.A. en Lazkao (Guipuzcoa). Emilio G., supongo que hasta los huevos de esta gente y furioso de que esta vez le hubiera tocado a él, bajó a la calle con una maza y se lió a destrozar a mazazos una Herriko taberna de la localidad. Hubo alguien que le grabó con su cámara y su acción se emitió en todas las cadenas nacionales.



Ese mismo día, Emilio G. tuvo que abandonar su localidad debido a las amenazas que desde el entorno abertzale cayeron sobre él en forma de pintadas y carteles repartidos por todo el pueblo.

La acción realizada por Emilio G. se ha convertido en tema de discusión en foros, periódicos, televisiones, etc. y ha sido apoyada, a toro pasado, por muchísimas personas (digo a toro pasado porque nadie se le unió a pegar mazazos). En Facebook se han creado varios grupos con su nombre (El justiciero de Lazkao), y más de 16.500 personas han firmado con nombres y apellidos en señal de apoyo. Sin embargo, otros, como el creador de uno de esos grupos, ha preferido eliminar sus datos por temor a represalias. Queremos apoyar pero sin responsabilidad, porque tenemos miedo. Yo grabo lo que estás haciendo, lo envío a la tele para que el mundo se entere, pero no pegaré mazazos contigo.

¿Es comprensible la acción de Emilio G.? Yo creo que sí. Alguien me comentó que la Herriko taberna no era responsable del atentado. ¿No? ¿Por qué ha habido amenazas, entonces? Quizá no sea responsable activa, pero sí pasiva. Esos mazazos iban destinados a todos aquellos que apoyan la violencia en el País Vasco, a todos, y es más valiente pegar mazazos a cara descubierta a una taberna que colocar bombas y darle a un detonador sin importarte el daño que puedas hacer.

¿Es lícita la acción de Emilio G.? No. Nadie tiene derecho a destrozar a mazazos algo que no es suyo. Y Emilio G. tendrá que pagar por ello lo que la Justicia determine. Se podría pensar que, en este caso, tenía todo el derecho a hacer lo que hizo, que ya está bien de aguantar y que no viene mal de vez en cuando el ojo por ojo. Pues no, no tenía derecho. Vivimos en un régimen democrático regido por un sistema judicial, mejor o peor, que no acepta el ojo por ojo. Y si queremos que las cosas funcionen tenemos que acatarlo. Si no, terminaremos todos a mazazos y seremos igual que los que ponen bombas.

Fuente: El País