16 de agosto de 2009

la decisión

Acabo de enterarme por la prensa de que se ha suspendido definitivamente el rescate de Óscar Pérez, el montañero oscense que lleva diez días malherido en una repisa del Latok II, a 6.200 metros de altura. La decisión la ha provocado el mal tiempo que hay en la zona y la dificultad de encontrar un equipo de alpinistas que puedieran llevar a cabo el rescate con garantías, principalmente de no poner en peligro ninguna vida más.

La noticia me ha sobrecogido. No puedo dejar de pensar en lo difícil que ha tenido que ser tomar esta decisión, en cómo se sentirán los familiares y amigos de Óscar, los grupos de rescate. Y sobre todo en Óscar. Esperando en esa repisa, malherido pero consciente, con un saco de dormir y un hornillo. Como montañero, yo creo que sabrá perfectamente que no va a salir de ahí.

Es difícil enfrentarse a la decisión de no rescatar a un compañero, de dejarlo morir, pero ¿cómo será enfrentarse a la certeza de que vas a morir? Y, lo que es más duro aún, a saber que únicamente te queda esperar morir. Que no esperas una ejecución, ni el fin de una enfermedad terminal. Esperas... no puede saberse qué se espera; nadie puede saber cómo es morirse.

Óscar está allí solo. Quizá él también tenga que tomar una decisión difícil. Decidir si quiere seguir esperando.