Yo jugué durante bastantes años al tenis de mesa, desde los 9 hasta los 22 años, aproximadamente (fui a campeonatos y todo, pero porque aquí chicas había cuatro, iban tres y yo no era la peor) y le tengo un especial cariño a este deporte. Es verdad que mucha gente se tomaba un poco a cachondeo que yo dijese que lo practicaba, que fuese a entrenar y que cuidase mi pala como oro en paño, pero así era.
Pelotear como su nombre indica, ping-pong-ping-pong, sin que la bola caiga al suelo o se quede en la red, es como entrar en trance. Los ojos no dejan de seguir la ligera pelotita mientras el cuerpo se balancea rítmicamente y los pies se inventan nuevos pasos de baile a cada toque. Con un poco de pericia y concentración puedes estar así minutos. Ping-pong-ping-pong-ping-pong...
Después puedes aumentar progresivamente el ritmo y jugarte un final de punto con un golpe rápido y certero que deje al contrincante con los pies pegados al suelo. Y respirar. Acabas de soltar una cantidad de adrenalina fantástica.
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1 comentario:
tu web es estupenda, me gustaria poner un enlace de mi pagina en la tuya, veo que te gusta el tenis de mesa, mi web es http://www.videosdetenisdemes.com
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