Dos chicas de 14 y 16 años secuestran a otra de 18, embarazada de siete meses. La amordazan y la atan. Le abren el vientre y extraen su bebé. La chica de 16 años acaba de abortar el suyo debido a una caída y quiere "reponerlo" para que su novio no la abandone.
Esta historia, propia de una película de terror, es real. Ha sucedido en Colombia. Lo que más ha sorprendido a las autoridades colombianas, además de la brutalidad del suceso, ha sido la pericia con la que las dos adolescentes practicaron esa cesárea en vivo. Ni un corte fuera de su sitio, ninguna lesión más allá de las producidas en el útero.
La respuesta: las chicas consultaron cómo realizar la operación en internet.
Esta información es la que ha roto mis esquemas. Hasta entonces, daba por hecho que esas dos adolescentes no habían recibido una educación. Asumía que un ser racional como es el hombre, si ha sido educado, no es capaz de hacer algo así a no ser que esté trastornado mentalmente. Sin embargo, el hecho de que una herramienta de información a nivel global como es internet juegue un papel fundamental en este asunto me ha hecho replantearme esa suposición.
Las dos jóvenes tenían a mano una herramienta de conocimiento, una herramienta desarrollada por la capacidad innovadora del ser humano, pero la han usado para llevar a cabo un acto completamente salvaje e irracional. Está claro que el ser humano se desenvuelve entre esos dos extremos. Y de él depende en cual se posiciona.
Queremos creer que éste es un hecho aislado, pero todos sabemos que su fondo, su razón de ser, esa obsesión del ser humano por utilizar su capacidad de desarrollo para destruir, está más asumida de lo que nuestra condición humana debería permitir.
Fuente: 20 minutos
Esta historia, propia de una película de terror, es real. Ha sucedido en Colombia. Lo que más ha sorprendido a las autoridades colombianas, además de la brutalidad del suceso, ha sido la pericia con la que las dos adolescentes practicaron esa cesárea en vivo. Ni un corte fuera de su sitio, ninguna lesión más allá de las producidas en el útero.
La respuesta: las chicas consultaron cómo realizar la operación en internet.
Esta información es la que ha roto mis esquemas. Hasta entonces, daba por hecho que esas dos adolescentes no habían recibido una educación. Asumía que un ser racional como es el hombre, si ha sido educado, no es capaz de hacer algo así a no ser que esté trastornado mentalmente. Sin embargo, el hecho de que una herramienta de información a nivel global como es internet juegue un papel fundamental en este asunto me ha hecho replantearme esa suposición.
Las dos jóvenes tenían a mano una herramienta de conocimiento, una herramienta desarrollada por la capacidad innovadora del ser humano, pero la han usado para llevar a cabo un acto completamente salvaje e irracional. Está claro que el ser humano se desenvuelve entre esos dos extremos. Y de él depende en cual se posiciona.
Queremos creer que éste es un hecho aislado, pero todos sabemos que su fondo, su razón de ser, esa obsesión del ser humano por utilizar su capacidad de desarrollo para destruir, está más asumida de lo que nuestra condición humana debería permitir.
Fuente: 20 minutos
3 comentarios:
Se me puso la piel de gallina. No puedo creerlo. Muy buena la reflexión que acompaña la descripción de este hecho tan aberrante.
Saludos!
Joder, que mal rollo me ha dado esta historia.
¡Saludos, Euphoria!
Iván, eso es lo normal. Lo preocupante habría sido que te lo hubiera dado bueno... :S
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