Hace unos años viajé a Japón. No fue un viaje planeado. Surgió la oportunidad, acepté y allí que me fui. Pocos días, pero suficientes como para hacerme una idea de lo que es ese país.
Es un destino ideal para curiosos. Recorrer ciudades como Tokio u Osaka es pasar de una sorpresa a otra. Te encuentras completamente perdido porque no entiendes lo que lees, lo que dicen, lo que hacen, lo que comes, a veces no entiendes ni lo que ves. Pero al mismo tiempo te encuentras completamente seguro, por lo que el temor de estar perdido desaparece y la sensación de libertad es plena. Y, simplemente, disfrutas de cada nuevo descubrimiento.
Su ritmo de vida, su forma de ocio, pueden resultar extravagantes. Puedes llevarte las manos a la cabeza al leer que un conductor de metro se ha suicidado por llegar con cinco minutos de retraso a la estación o quedarte perplejo ante una persona que deja su puesto de trabajo para acompañarte hasta la oficina de correos. La gente es consciente de que su idioma, su cultura y su modo de vida no son fáciles de entender para un occidental y eso, unido a que consideran de mala educación decir que no, les convierte en personas amables y dispuestas. Sólo hace falta requerirles un segundo de atención.
Pasas del entorno más moderno a la tradición más pura con cruzar una calle, una puerta. Todo el caos urbanita se convierte en tradición y calma dentro del hogar, como un modo de guardar el equilibrio. Un equilibro que, sin embargo, hasta el mejor conductor de metro corre el riesgo de perder alguna vez.
The Vapors - Turning Japanese
Es un destino ideal para curiosos. Recorrer ciudades como Tokio u Osaka es pasar de una sorpresa a otra. Te encuentras completamente perdido porque no entiendes lo que lees, lo que dicen, lo que hacen, lo que comes, a veces no entiendes ni lo que ves. Pero al mismo tiempo te encuentras completamente seguro, por lo que el temor de estar perdido desaparece y la sensación de libertad es plena. Y, simplemente, disfrutas de cada nuevo descubrimiento.
Su ritmo de vida, su forma de ocio, pueden resultar extravagantes. Puedes llevarte las manos a la cabeza al leer que un conductor de metro se ha suicidado por llegar con cinco minutos de retraso a la estación o quedarte perplejo ante una persona que deja su puesto de trabajo para acompañarte hasta la oficina de correos. La gente es consciente de que su idioma, su cultura y su modo de vida no son fáciles de entender para un occidental y eso, unido a que consideran de mala educación decir que no, les convierte en personas amables y dispuestas. Sólo hace falta requerirles un segundo de atención.
Pasas del entorno más moderno a la tradición más pura con cruzar una calle, una puerta. Todo el caos urbanita se convierte en tradición y calma dentro del hogar, como un modo de guardar el equilibrio. Un equilibro que, sin embargo, hasta el mejor conductor de metro corre el riesgo de perder alguna vez.
The Vapors - Turning Japanese
NOTA: Si habéis intentado ver el vídeo os habréis encontrado con que Mr.Copyright os lo ha impedido. Si queréis escuchar el tema original podéis hacerlo aquí.
3 comentarios:
¡¡Me han quitado el vídeo!! Esto hay que arreglarlo de algún modo...
no conocía la canción. está chula. muy animosa. tiene que ser un gustazo estar en un sitio tan distintísimo a lo que ves todos los días. envidia me da!
La canción es un peligro, si se te pega, tienes para días. Y Japón merece la pena si eres curioso porque, como dices, es completamente distinto a lo que estamos acostumbrados.
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