Miércoles, 26 de julio. Duermo.
Me tropiezo con alguien por la calle. Perdone. Nada, nada. Es una señora morena con gafas de sol. Se me queda mirando. Me muestra una figurita pequeña que representa la cara de John Fitzgerald Kennedy. ¡Joder, si usted es Jackie Kennedy! La señora sonríe. Se quita las gafas. Efectivamente, es Jackie Kennedy.
Jackie Kennedy y yo estamos en su casa. Le digo que siempre me ha parecido una mujer con mucho coraje (todo esto en inglés, el resto de la conversación ha sido en español) Por mi mente cruzan la archiconocida imagen del cerebro de Kennedy rebotando en el coche y otra de Jackie con Onassis)
Jackie me regala una planta. Es una planta que da té. Gracias, Jackie. El problema será ir con esto en el avión. Por ciencia infusa sé en ese momento que debo coger un avión en poco tiempo. Aparecen mis padres en casa de Jackie Kennedy. Yo me sorprendo y pienso: ¡mierda, me había olvidado de ellos! Los pobres llevan todo el día recorriendo Nueva York solos. Por ciencia infusa conozco en ese momento que estoy en Nueva York. ¿Cómo sabiais que estaba aquí?, les pregunto. Hija mía, en la guía sale todo el mundo, dice mi madre dicharachera. Nueva York es precioso, añade.
Y ya no me acuerdo de más. Sólo de que la casa de Jackie Kennedy era en tonos cremas y amarillos y de que había una criada de apariencia andina que llevaba un vestido azul, del color que tiene el mar (medalla de listillo para el que entienda la coletilla...)
2 comentarios:
Yo quiero salir en tus sueños rarooooooooos, joooooo...
por cierto... "Sólo de que la casa de Jackie..." - ¿jSolo DE QUE?...
Sí. Sólo DE QUE. Acordarse DE ALGO. Sólo (me acordaba) DE QUE la casa de Jackie, etc. etc.
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