Siento comunicar al mundo que el helado de nata ya no existe en los supermercados de barrio. Al menos, en los supermercados del mío. Puedes encontrar helado de dulce de leche, helado de tiramisú, helado de yogurt con frutos del bosque, sorbete de mandarina y diversas marcas de sorbete de limón (se nota que estamos en fechas navideñas), pero no una mísera tarrina de helado de nata del de toda la vida. Ni siquiera en helado de corte. Nada. El helado de nata ya no tiene un hueco en nuestra cesta de la compra. Manda huevos que para comprar helado de nata vaya a tener que irme a El Corte Inglés. Y el día de Nochevieja, además, que estará para hacerse viejo en la caja, por no ir mañana que es domingo.
Si además tenemos en cuenta que a mí el helado de nata no me gusta, que sólo lo necesito para hacer el postre de Nochevieja y que yo jamás hago postres, imaginaos la maldita gracia que me hace tener que tomarme todas estas molestias por conseguirlo.
Pero, en fin, es lo que tienen estas fechas: ¡¡¡¡que el puñetero helado de nata desaparece de la sección de congelados!!!!!
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