24 de marzo de 2007

mi primer examen en La Sapienza


Roma, Italia. 2 de febrero del 2005.

Lo que os voy a contar es más informe que anécdota, y es largo, pero es relato real de cómo funcionan los exámenes en este país surrealista. Así que, si tenéis curiosidad, lo leeis.
Apunte inicial: los exámenes aquí son sobre 30. Se aprueba con 18 y lo máximo que se puede sacar es 30 con lode, es decir, matrícula.

Empieza la historia:
Hoy he tenido mi primer examen en la universidad.Yupi. En la Universidad de aquí, quiero decir. Aunque, si tenemos en cuenta que no se parecen en nada a los de allí pues, sí, se puede definir como mi primer examen.
Podríamos decir que estoy viviendo mi segunda experiencia universitaria como si fuera la primera. Más perdidica que un pulpo en un garaje aunque con el consuelo de que, lamentándolo mucho por ellos, hay algunos que van todavía más perdidicos que yo. Porque presentarse a un examen habiéndose estudiado un libro que corresponde a otra asignatura es andar MUY perdido. Pero, en fin, a eso llegaré luego. Y, por si las moscas, aclaro que NO me ha pasado a mí.

Pues en esto que dan las ocho en punto de la mañana, las ocho y dos minutos y las ocho y cinco en los tres despertadores que me puse anoche para asegurarme de que no me quedaba dormida. Que conozco mis "sólocincominutitosmás" y no estamos para arriesgar.
El primer despertador que ha sonado es el mío, que hace algo así como ¡¡¡¡¡¡MEEMEMMENMEEMEMMEMNENMENMEEE!!!!
Sinceramente, sólo de pensar en el ruido que va a torturar mis oídos por la mañana se me quitan las ganas de ponerlo.Y así vamos, que no lo pongo.
El segundo despertador ha sido Sergio, que me ha llamado al móvil a petición mía. Muy eficiente, como siempre. Aunque me orgullece comunicar al mundo que hoy me he levantado a la primera y no me han hecho falta sus servicios.
Y el tercer despertador, el del móvil, que ha sonado cuando estaba en el baño y que hace algo así como ¡¡¡BUENOS DÍAAAAAAAAAAAAS!!! ¡¡¡¡LEVANTATÉ BECOTÓOOOOOOOOOOOOON!!!! ¡¡¡¡BECOTÓN QUE TE LEVANTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!!!
Esa retaila con la voz de Sergio a grito pelado. No me preguntéis como lo grabó, pero lo grabó.
Y ahí sigue.

Me lavo, me visto, desayuno y me piro. Autobús, arf arf. Llegué. Menos cinco.
Que contento se pone uno con lo de llegar a menos cinco. Llegas por los pelos pero te da la impresión de que has llegado con mogollón de tiempo. Has llegado ANTES de la hora. No importa cuanto antes. Sólo importa que has llegado antes.

Entro en el departamento de Historia del Arte. Cien personas o más esperando en un pasillo.

- Hola, ¿esperas para el examen del Impresionismo de la Bordini? (aquí se pone el "la" delante del nombre de manera oficial)
- Sí, bueno, para el de Técnica Impresionista. Se hacen los dos a la vez. Pero aún no ha llegado.
- Ah, que se hacen los dos módulos... ¿Y sabes dónde es el examen?
- No, no se sabe nada todavía.

Para variar.

En esto que aparece un profesor por allí. El Zambianchi.

- ¿Alguno está para mi examen?
- ¿Para el de la Bordini? (pregunta estúpida que suelta alguno y cara de poquér del Zambianchi)
- ¿La Bordini? (Zambianchi se mira de arriba a abajo y se encoge de hombros) Pues no, lo siento. Tendrá que ser Zambianchi.

Risas nerviosas.

- ¿No hay nadie para mi examen?

Silencio sepulcral y nuevo encogimiento de hombros del profesor, que acto seguido desaparece dentro de una de las aulas.

Dios mío, ¿¿¿estamos todos para la Bordini??? Y yo soy el número 38 del módulo del Impresionismo, que aparte está el otro. Las uvicas me van a dar.

- A ver, para el examen de la Bordiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

Llega el conserje salvador. Cientos de manos alzadas.
Pues, hala, meteos en la clase y esperad a que venga.
Y nos metemos en la clase. Y allí hay cuatro mesas puestas en fila formando una supermesa y cien sillas que se ocupan en un pispas. Yo me siento en primera fila para no perderme detalle.
Y Zambianchi está colocado al final de la supermesa preguntándole cosas a un chica que tiene sentada enfrente.

¿¿¿Tengo que entender con ésto que vamos a hacer todos juntitos el examen oral???
¿¿¿Pero qué tipo de organización es ésta????

Una organización nefasta. De momento, el examen empezaba a las 9 y son las 9.20. Y la Bordini sin venir. Seguro que ha desayunado leyéndose el periódico y limándose las uñas mientras yo me atragantaba con el tazón de leche.

Entra una rubia teñida con una cazadora rosa fucsia y los pelos de loca tipo muñeco diabólico. Le da dos besos al Zambianchi, que pasa de la alumna que está haciendo el examen y se pone a conversar con la tipa. Ole.
La rubia diabólica hace un paneo general por la sala y tuerce el morro. Debemos de ser muchos.
Entra otra señora, ésta más normal. De nuevo, saludos y besos varios.
Y la pobre que se está examinando ahí esperando.
Y los demás ahí sentadicos y esperando también.

Las 9.30.

La última que ha entrado, llamémosla la Lux porque creo que es la Lux, saca la lista de los apuntados al examen (porque hay que apuntarse días antes en una lista harapienta) y comienza a leer nombre por nombre.
Las manitas se van levantando y bajando progresivamente.
Cavero Rebeca. Levanto la manita y la vuelvo a bajar. Tengo un huevo de gente delante. Y la Bordini sin venir.
¡Anda, mira, por hablar! Ahí la tenemos. Esta mujer yo creo que no se peina. Le comenta algo a la Lux así por lo bajini pero yo, como estoy en primera fila, me entero de todo.
¡Que me voy a tomar un café, le dice! ¡Pero si acabas de llegar!
Y se va.
Ojalá se te atragante.

La Lux llama al primero de la lista. Un mozalbete se levanta y se acerca hasta la mesa. Se sienta frente a la Lux y allá que vamos. Y el Zambianchi, mientras tanto, haciendo sus examenes en la otra punta de la mesa.Tenemos dos profesores y dos alumnos, cuatro personas hablando a la vez. Más los susurros de la sala. Empezad a llevar la cuenta.

Y en esto que aparece por allí una modernita tipo A que le pregunta a la que tengo al lado si éste es el examen de la Bordini y que cómo funciona la cosa. Acento inconfundible.

- ¿Eres española? le digo yo en perfecto castellano.
- Sí. ¿Y tú?
- También.
- Ah, qué bien. ¿Y cómo funciona ésto? ¿Te van llamando?
- Sí, pero acaban de empezar. ¿Qué número llevas?
- El 45.
- Pues te queda un huevo, me temo. Yo llevo el 38.
- Pues vaya. Gracias.

Se sienta detrás mío. Al momento vuelve a acercarse.

- Oye, te has estudiado este libro, ¿no? - me dice mientras me enseña unas fotocopias encuadernadas que muestran en primera página un título a tamaño 30 lo menos que dice "La Técnica Impresionista"
- Ups... no. Me he estudiado el de Historia del Impresionismo, de Rewald.
- ¿Y no es este?

Vuelvo a leer el título por si acá. "LA-TÉC-NI-CA-IM-PRE-SIO-NIS-TA"

- No, no es. ¿Pero tú haces el módulo de Técnicas artísticas o el del Impresionismo?
- El del Impresionismo...
- Es que creo que ese es el libro del otro módulo... (sonrisa compasiva, la chica que comienza a palidecer)
- Joder... es que fui a la copistería y me dijeron que el libro del impresionismo era éste...
- Pues me temo que no lo es... pero, bueno, algo tendrá que ver, no te preocupes.
- Joderjoderjodeeeeeeeer... Oye, y ¿tú no podrías contarme el libro que te has estudiado así de manera resumida?

Unas 300 páginas de manera resumida. Alrededor de 50 años de historia artística. La vida y la obra de más de una decena de artistas y un centenar de cuadros...
No sé, no sé...

La Bordini vuelve del café. Se sienta y llama al siguente de la lista. No parece con ganas de ir muy deprisa y yo tengo el número 38. Yo creo que me da tiempo.

- Claro. Vamos fuera - l
e digo a la chica, estudiante de Historia del Arte en la Universidad de Salamanca, para más señas.
Y comienzo a contarle, libro del museo de Orsay en mano, la Historia del Impresionismo.
Y lo que se ha estudiado ella tiene bastante poco que ver, más que nada porque, además, lleva un cacao mental considerable.

En fin, ha pasado ya un buen rato. Será mejor que entremos y que te sirva de algo lo que te he contado.
Y entramos.

Nos sentamos de nuevo en primera fila. Y el tipo que tengo al lado es muy raro... y suda mucho.
Ahora hay cinco profesores con cinco alumnos en la supermesa. Diez personas hablando a la vez. Ah, no, espera. ¡En el otro extremo de la sala hay dos mesas más con sus respectivas parejas! Sumemos otras cuatro personas.
14 personas hablando a la vez, haciendo un examen, y otros cincuenta lo menos esperando turno.
Y la Bordini que decide ir a echarse un cigarrito dejando a la pobre chica que tiene enfrente sentadica en la supermesa a mitad del examen. Ver para creer.
Y a otro profesor que le suena el móvil.
Y el tipo raro que me pregunta si Degas era al que le gustaban los caballos.
Y la modernita tipo A que sigue hecha un lío.

- ¿Pissarro era el que era impresionista puntillista?
- Era impresionista pero, durante unos años, trabajó el puntillismo. Son dos cosas distintas. Los puntillistas entran en los Neo-Impresionistas.
- Aaaaaahhhhh...

Creo que la he liado aún más.
Y la Bordini que vuelve. Las 11 pasadas. Me voy a hacer pis y a por un café.
Y yo que vuelvo. Y la cosa que avanza despaciiiiiiiiiiiiiiiitoooooooooooooooooooo...
Y el raro sudoroso que me pregunta si Monet era el de las barbas.
¿¿¿¿??????

- Pues, hombre, llevar barba, llevaba. Pero es que en el siglo XIX prácticamente todos llevan barba.... De todas formas, no creo que te pregunten eso...

Parece que se tranquiliza un poco. Aunque a cualquiera que termina el examen lo somete al tercer grado antes de permitirle salir.

Pasa el tiempo. Mi turno se va acercando y yo, después de estudiar detenidamente a los profesores, quiero que me toque la Lux.
Y la Bordini que hace una bola con un folio y se lo da a la chica que está examinando para que lo tire.
Y la pobre chica que mira a un lado y a otro y, como no hay ninguna papelera cerca, al final se la mete en el bolso.
La teñida diábolica termina su examen y coge la lista.

Tizio...

Caio... (lo equivalente en italiano a Fulano y Mengano, vamos)

No responde ninguno. Deben de estar muertos en sus sillas o jubilados y en Benidorm.
Peligro, que me va a tocar a mí con la que da susto.

Sempronio...

Uf. Zutano sí que está. Menos mal.

La Lux termina y coge la lista.
¿Cavero Rebeca?

Allá que voy.

El paisaje y la figura humana en los impresionistas.

Y me lanzo a hablar y la Lux me frena y cambia de tema.

La Academia y el Salón.

Y me jode porque no me deja contar todo lo que le podría contar, pero sobre ésto también puedo contarle mogollón de cosas... Y me vuelve a cambiar de tema.

Los pasteles de Degas.

Aquí fallo en que no sé respoderle a quien inspira a Degas para utilizar el pastel. Cachis.
Bueno, no fallo porque no lo sé y se lo digo así sin más: no lo sé.
Pero vamos bien. Tranquila y segura. Habrá poquicos estudiantes en la sala que sepan tanto del los Impresionistas como la menda lerenda. Y no es por presumir, que he estudiado un huevo. Hasta me daba pena que se me fueran muriendo los impresionistas a medida que se acababa el libro, no os digo más.

Terminamos con Les Ninfées de Monet.

Yo pronuncio ninfe en lugar de ninfées y la Lux me corrige. Y yo me disculpo. Y la Lux me dice que no pasa nada, que no estamos allí para examinarme de italiano. Que me corrige para que lo sepa, nada más.
Qué maja.

Yo sigo blablablablablabla hasta que la Lux me vuelve a frenar y pone el punto y final.
Ole, ole y ole. Las dos orejas me caen seguro.

- ¿Te puedo poner un 28? - me pregunta la Lux.
Y yo alucinada.
- Me puede usted poner lo que crea que me debe poner (más o menos le digo ésto...)
- Es que hay gente a la que le parece mucho, gente a la que le parece poco...

Estoy por decirle que por poner, ya que pregunta, que me dé el rabo y me ponga el treinta (pedir la lode y vuelta al ruedo me parece ya echarle demasiada cara... aunque el Albiac pidió matrícula en ética de segundo a cambio de no haber hecho otra cosa que saltar por las mesas y se la pusieron) Finalmente no digo nada.

28. Lo equivalente a un 9,33333333333 español.
Hala, puesto está.

La Lux coge una especie de libro gordo de Petete y anota varias cosas, entre ellas el 28 y mis datos. Se lo pasa a firmar al Zambianchi y a la Bordini, que me mira intrigada. Sí, la del 28 soy yo. La española que según usted probablemente no se habría enterado de nada en la primera lección.
Después la Lux me pasa el libro para que firme yo también. Qué importante parece todo ésto, por Dios. Sólo faltan las banderas y las trompetas.
Pues nada, buongiorno.

- Buongiorno... Perdone ¿quién inspiró a Degas para utilizar el pastel?
- Millet (sonrisa) Hizo varios paisajes en pastel en los años 70 que podrían haber inspirado a Degas.
Ahí estaba el 30. Cachis otra vez.

Me levanto y me dispongo a marcharme. La de Salamanca me pregunta qué tal. Yo le digo que bien y le deseo suerte. Que todo le vaya bien si no nos volvemos a ver.
Me dirijo hacia la puerta. No consigo librarme del raro y de su tercer grado.

- ¿¿¿Quetehapreguntado????? Sudorsudorsudor.
- El paisaje, la academia y el salón, los pasteles de Degas...
- Te ha preguntado quien inspiró a Degas para pintar con pastel, ¿¿¿verdadverdadverdad???
- Sísísí.
- ¿¿¿¿Y quién fue???

Cómo me jode responder....

- Millet.

Podría haberle dicho cualquier otro nombre pero soy buena.
Ahora viviré con la eterna duda de si le han hecho la misma pregunta y ha sabido responderla gracias a mí. Aunque me conforto pensando que, visto lo visto, no se ganará el 30 con la respuesta... Aunque quien sabe... Prefiero no saberlo.
Sí me gustaría saber cómo se las ha apañado la de Salamanca, pobre.

El día 16, Historia Moderna. Ya os contaré.

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