El miércoles le quise comprar a la quiosquera el periódico que ya le había comprado el martes.
Me miró raro y me dijo:
- Ya te lo llevaste ayer.
- Claro, ayer me llevé el del lunes y hoy quiero el de hoy- le respondí.
- Pero es que hoy es miércoles.
- ¡No fastidie!
Pues sí. Era miércoles.
Ayer, jueves, me levanté convencida de que era viernes.
Mañana no tendría que madrugar.
No tendría que elegir que ropa ponerme.
No tendría que ir a trabajar.
"Hoy es jueves, 17 de mayo. Vamos con el zumo de periódicos, Juan Herrera"
Pablo Motos me devolvió a la cruda realidad.
Mañana tendría que madrugar.
Tendría que elegir qué ropa ponerme.
Tendría que ir a trabajar.
Menuda putada.
Lo único bueno es que de camino al trabajo paso por una fábrica de galletas justo en el momento en el que las están horneando.
Las de ayer eran de coco.
La calle es fea, triste, de aceras estrechas y te pega el sol en los ojos.
Pero, al menos, huele bien.
Esta semana se me ha hecho larga e intermitente.
Y he tenido tortícolis, además.
Yo creo que gran culpa de mis saltos y retrocesos mentales en el tiempo lo han tenido las pastillas.
"Toma una pastilla al día y ponte la mantica eléctrica mientras veas el CSI".
Palabras textuales del Dr.Cuchi.
Va a ser que CSI cura la tortícolis.
Pues igual sí, porque no lo he visto (no lo veo nunca) y así estoy, que no termino de curarme.
Y dentro de dos días, lunes otra vez.
Mi nombre es Cuatro... Menos Cuatro.
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