30 de diciembre de 2006

una bomba tras nueve meses de tregua

Estoy de acuerdo con quien opina que este problema no es cuestión de partidos. Es un problema superior frente al que todos debemos estar unidos democráticamente. "Democráticamente" significa aceptar la decisión de la mayoría y contribuir a su desarrollo. Es válido y loable cualquier intento, de cualquier Gobierno, de acabar con el terrorismo; y si ese Gobierno ocupa provisionalmente el poder por una elección democrática como sucede en este caso, todos deberíamos apoyarlo en su empresa, con las fuerzas políticas que componen el Congreso y que nos representan a la cabeza. Esto, en esta ocasión, no ha sido así. Y si quienes deberían estar unidos no lo están, hacemos al enemigo aún más fuerte, porque nos enfrentamos, además de a él, entre nosotros mismos.

No podemos dejar de creer y de desear una tregua porque ésta haya fallado. Hemos vivido nueve meses de tranquilidad y de esperanza , la Justicia ha seguido trabajando de manera independiente ante el terrorismo como debe hacerse en un Estado democrático y de derecho como es el nuestro. ETA tiene su estrategia y cada partido político, la suya. Pero nos equivocamos en una cosa: las intenciones y estrategias de nuestros partidos políticos han de ser comunes. ¿Qué sentido tiene acabar con un enemigo común minando la relación entre los propios ciudadanos?

1 de septiembre de 2006

un señor de Atea

Para mí que un señor de Atea me ha echado los tejos. Un señor de Atea, no el de Altea, ni el de Ateca; el de Atea. Debe de ser una juerga ser párroco de ese pueblo.
En fin, que últimamente me llama mucho por unas actividades que hay que organizar en su pueblo y hoy, cómo no, me ha vuelto a llamar. Mientras hablábamos ya me estaba preguntando yo que para qué me había llamado, porque le estaba contando lo mismo que le conté ayer, pero ha sido al final cuando ha llegado la puntilla:

Señor: Bueno, pues gracias, eres muy amable.

Yo: De nada.

Señor: Ya tengo ganas de conocerte, que además tienes una voz muy bonita.

Yo: Jajaja... (más por compromiso que por regocijo) Muchas gracias.

Señor: Me dan ganas de llamarte más veces.

A mí, en ese momento, a las 13.30 del mediodía, sin haber parado en toda la mañana, con sueño desde que he abierto los ojos y la tripa vacía, me ha venido en mente decirle que como me llamara más de lo que ya lo venía haciendo últimamente igual me daba un patatús, pero mi cerebro, a pesar de todo, ha funcionado rápido y bien y ha utilizado el comodín para este tipo de ocasiones:

Yo: Jajaja...

Y ahí ha quedado la cosa. Igual el lunes me manda flores.

30 de agosto de 2006

qué sería de septiembre sin los coleccionables

En esta entrada voy a introducir todos los coleccionables que vea anunciar en la televisión, en la radio, en los quioscos... poquito a poco. Esos coleccionables que nadie termina (o casi nadie) por falta de paciencia o por falta de éxito de la colección, que es retirada del mercado sin previo anuncio y que te deja con el mastil del galeón inglés del siglo XVII, el sombrero de la muñequita de porcelana y la rueda del súper bólido de carreras de 1936, piezas con las que puedas crear un coleccionable propio que se llame "piezas de coleccionables del mundo" para no creer que has perdido tiempo y dinero.
Porque esto de las piececitas es una tontería de las gordas. La primera semana te dan el timón del barco, timón que te pegas toda la semana mirando como un imbécil, incluso girándolo haciendo que vas por alta mar si te falta un hervor, mientras esperas impaciente la pieza siguiente. Y tras siete días vas al quiosco con toda tu ilusión y te encuentras con que te dan un trozo del mástil. Timón y medio mástil. ¿Y qué coño montas con eso? Nada. Otra semana más que te pegas con el timón en una mano y el medio mástil en la otra intentando colocarlos juntos de alguna manera para autoengañarte y seguir creyendo que eso algún día será un galeón inglés del siglo XVII y no que has tirado 1 euro la primera semana y 9 euros la segunda, que encima el incremento en una semana del precio del dichoso coleccionable es incluso mayor que el de la vivienda en España.

Por favor, si alguien ha terminado un coleccionable de los que anuncian en la tele alguna vez en su vida que me lo diga, que tengo curiosidad.

Aquí va la lista.

- Mi casita mediterránea: como una casa de muñecas de toda la vida pero de estilo mediterráneo. Vamos, de esas que todos quisiéramos tener pero en grande.

- Construye tu reloj de cuco: Tu súper reloj de cuco tamaño XXL, deberían decir. Con los típicos muñequitos pero sin cucú, toma ya.

- Bomberos del mundo: Con la primera entrega, el bombero de Nueva York y una pieza de la bomba de agua (que terminará en la colección que os he dicho antes)

- Muñecas del mundo: con la primera entrega, "Madame Bovary".

27 de agosto de 2006

los funerales chinos

El viernes leí en el periódico que se habían prohibido los striptease en los funerales chinos.

"Ah, ¿pero es que en China se hacía striptease en los funerales?", pensé. Un pensamiento lógico, por otra parte. "Pues sí que son modernos y liberales en China, tanto comunismo y restricción de la natalidad"

Seguí leyendo, a ver si me explicaban a santo de qué se había tomado tal decisión y, sobre todo, a santo de qué venían los striptease. ¿Quizá resulta que lo que aquí se conoce comunmente como "despedida de soltero" allí se conoce como "funeral"? Seguro que a más de uno no le resulta una asociación de conceptos tan descabellada.

Pues no, no era eso. Unas líneas más abajo encontré la explicación. Resulta que en China cuanta más gente acude al funeral de una persona, más aumentan los honores del difunto. Vamos, como aquí. Que si te mueres y van cuatro a tu funeral resulta que eras un desgraciado y una mala persona y si van cientos, eras un santo y querido por todos. Independientemente de que resulte que no tengas familia o de que seas el centro de un espectáculo mediático.

Total, que los chinos, que son muy avispados, pensaron que la mejor manera de atraer a mucha gente era sacando a tías que se despelotasen y, claro, eso al final se había convertido en un cachondeo. Allí iba todo cristo, niños, adultos y ancianos, conocieran o no al muerto, y eso no se podía consentir. Que la muerte es una cosa muy seria. Para algunos, claro.

En memoria de Plutón

Plutón ya no es un planeta a secas. Ahora es un planeta enano. Se han reunido los listos y lo han decidido así. Es como si un día se reúnen los que mandan en el mundo y te dicen que ahora ya no eres un ser humano así sin más sino que han decidido que eres un ser humano enano. Hay que tener mala leche.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que el pobre Plutón, además de convertirse de la noche a la mañana en enano, resulta que ha entrado en la categoría de los enanos como segundón, detrás Xena, La Princesa Guerrera, un planeta descubierto por un astrónomo estadounidense (el de la foto) quien, al enterarse de la noticia, ha dicho que "eso era guay" (supongo que sus palabras exactas habrán sido "that's cool") Pues nada. Que vivan la Coke y las french fries.

Parece ser que había dos opciones: o admitir en el club de los planetas a Ceres, Caronte y Xena, descubiertos a partir de 1930, año en el que Plutón llegó a nuestras vidas, o mandar a Plutón a segunda y quedarnos con ocho.
Si optaban por la primera opción, y visto que de ahora en adelante parece ser que está previsto que se descubran mogollón de cuerpos celestes que orbiten alrededor del sol (definición básica de planeta, al parecer) podría suceder que la lista de los planetas aumentara considerablemente en poco tiempo, así que han decidido curarse en salud, quedarse con los ocho seguros en primera y mandar al resto y a los que lleguen después a segunda división. Algo así como el G-8, que siempre son los mismos aunque poco a poco algunos decaigan y otros les ganen terreno.

Y todo porque el pobre Plutón es chiquitito y tiene una órbita irregular. Pobres de los bajitos borrachines.

Obviamente, ya han llegado las quejas a esta decisión. Maestros de escuela, por ejemplo, que se quejan de que, después de toda una vida dedicada a enseñar una lista de nueve planetas a sus alumnos tienen ahora que darles explicaciones de porqué han de quitar ahora el último, el tan querido Plutón. Porque es verdad que a Plutón se le coge cariño, cae simpático. Es (era) el último, el chiquitín, algo así como el hermanito pequeño, el niño planeta. Jupiter es el grandullón, Mercurio el pequeño protestón, Venus el guapo y Marte el rarito (al menos para mí, qué pasa) Para convencer a los maestros de que esta decisión es la mejor supongo que valdrá con preguntarles si, en lugar de enseñar una lista de ocho planetas prefieren vérselas con enseñar una de veinte que aumenta cada década.

Y también ha llegado el cachondeillo, como una encuesta que he leído recientemente en la que se pedían propuestas para cubrir el hueco dejado por la recién retirada estatua ecuestre de Franco en la Academia General Militar de Zaragoza. Un 25 % proponía un monumento a la memoria de Plutón. No me extrañaría que de aquí a nada aparezcan preguntas trampa en los concursos de la tele del tipo "Cuántos planetas hay" o "Cuál es el nombre del planeta más lejano".

Y es que nos va a resultar difícil acostumbrarnos al cambio... Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plut.... Urano y Neptuno. Y Xena la Princesa Guerrera.

14 de agosto de 2006

ayudas a la reconstrucción

Hoy he escuchado en un informativo que Suecia tenía previsto organizar una reunión de países con el fin de recaudar fondos para la reconstrucción de Líbano.
¿Recaudar fondos? ¿Para la reconstrucción de Líbano?
Que la pague Israel, no te jode. Israel destruye a zambombazos medio país sin que nadie se lo pida y la reconstrucción la vamos a pagar los demás, ¿o qué? Aquí iría un "pues van daos", pero me temo que los que vamos a ir "daos" somos nosotros, que lo vamos a terminar pagando de nuestro bolsillo igual. Este mundo es pura hipocresía.
Las Naciones Unidas, que se reúnen para hacer el paripé mientras Israel sigue dale que te pego le digan lo que le digan; Estados Unidos, que ni condena ni intención que tiene, teniendo como tiene a los que no caben en Israel en su propia casa. Patapam. Patapum. Nosotros, a lo nuestro. A bombardear amparados en nuestro derecho a la defensa de nuestro país. Que destrocemos otro, nos la suda. Todo lo que pase más allá de la rayita de puntos del mapa nos la suda. Que luego ya llegará un país neutral como Suecia que reuna con fines solidarios a otros países que se comprometan a ayudar económicamente en la reconstrucción del desastre. La reconstrucción de lo reconstruíble, claro, porque a los cientos de muertos no los van a resucitar. Ni tampoco sus casas, ni sus rutinas diarias, ni sus vidas tal y como eran antes de recibir los bombazos.
Se destroza, se reconstruye. Con el dinero de todos. De los que no apoyan estas "estrategias defensivas", también. Y parece que con eso, todo arreglado. Pues no.
¿Cuándo vamos a dejar de hacer el hipócrita de esta manera? ¿Habrá alguna vez alguien con un par de cojones para decir que ya está bien, que esto no se puede tolerar más? ¿O seguiremos jugando a la pescadilla que se muerde la cola hasta devorarse por entero?
No estoy contra Israel ni a favor de Líbano. Musulmanes y judíos, ni musulmanes ni judíos.
Estoy contra este mundo de mierda en el que se consiente chapuza tras chapuza, en el que los problemas se tapan con y por dinero, en el que el fuerte hace lo que le da la gana y el débil quiere convertirse en el fuerte.
Estoy que me muero del asco.

13 de agosto de 2006

escuchas en el vestuario

Un rato del fin de semana lo solemos dedicar a jugar al tenis. Vamos a una piscina cercana en la que alquilan pistas, así que yo me voy con la ropa de piscina, después me pongo la de tenis, después la de baño y después otra vez la de piscina.
Soy rarita, lo sé, qué pasa.
El caso es que paso varias veces por el vestuario. Mientras me desnudo y me visto me entretengo leyendo las pintadas que invaden las puertas.
Sheila x Pitu Vane x Kike Jessi x Cristian Sheila Vane Pitu las mejores Jeni zorra Luismi tio bueno y un largo etcétera de la misma calaña. Literatura pura que, además, me hace preguntarme en qué momento dejaron las niñas de llamarse Laura, Silvia y Ana para llamarse como las que viven cruzando el charco. Supongo que en el mismo momento en el que los padres dejaron de alimentarse de gazpacho y tortilla de patatas y pasaron a hincharse de hamburguesas y cocacola. O igual no.
En fin, que una mañana, en uno de mis múltiples cambios de vestuario, me sorprendió una conversación que mantenían dos muchachas en el vestuario de al lado.

- ¿Pero por qué no me coge el teléfono el hijo de puta éste? Pues que se vaya a tomar pol culo. Que me alegro de que su madre se haya muerto. ¿No se murió la mía también? Pues que se joda. Que la suya además se ha muerto por gorda.
- Le dio un infarto...
- Sí, pero por gorda. Le dio un infarto por gorda. La tía guarra. Que se joda. Que a mí mi madre también se me murió. Pero la mía se murió de pena, no como la suya, que se ha muerto de gorda. Ahora que se joda. Que me alegro de que se haya muerto. Venga, ¡chochos fuera!

Ahí yo ya supuse que empezaban a cambiarse de ropa y decidí que era buen momento para largarme de allí. Cuando abrí la puerta, mi mirada se cruzó con la de una señora de unos 70 años que se estaba colocando el gorro de baño frente al espejo. Ambas nos miramos con una sonrisilla de "holabuenas" y unos ojos de "joderconlaniña", y ahí se quedó la cosa.

Sin embargo, a mí me pudo la curiosidad y me esperé en la puerta del vestuario para ver salir a Miguel de Cervantes.
Tendría unos veinte años.
Con el pelo largo, negro, recogido en una coleta.
Llevaba un bañador azul.
Y estaba gorda.

5 de agosto de 2006

¿y yo por qué sueño estas cosas? (capitulo 3: Bustamante)

Noche del viernes al sábado.

Una localidad costera, entre montaña y mar, verde, situada a los pies de una colina. Un sitio muy bonito. Al otro lado de un lago, un edificio de cristales y metal, como un pabellón de invierno, de esos típicos de la arquitectura de la Revolución Industrial. Parece que dentro se celebra una fiesta. Cruzo el lago no sé cómo, sólo sé que de repente me encuentro en la entrada del pabellón. Por dentro, sin embargo, es cálido, de madera oscura y bronce, con unas grandes lámparas Tiffani de cristales verdes y amarillos colgando del techo. Al atravesar la puerta, se me engancha la chancleta en una de las uniones del suelo de madera y la pierdo. Llevo las chancletas rosas a rayas de colores que hasta hace dos días llevaba por casa y que ahora están ya en la basura. "Aquí estoy, como Cenicienta entrando en el palacio y perdiendo su chancleta", pienso. Y sonrío al pensarlo. Junto a mí pasan dos chicos, uno me mira curioso "¿De qué te ríes?", pregunta. Es moreno, con el eplo corto. No es feo pero tampoco guapo. Miro a su acompañante. Es David Bustamante. "De él", le respondo. Miro a Bustamante y le digo: "Enhorabuena por tu boda. Y a Paula también, claro" Me dirijo a Bustamante como si le viera todos los días. Recuerdo que cuando vi las imágenes de su boda me transmitieron emoción, la pareja parecía realmente feliz. Bustamante me da un abrazo. "Gracias". Comenzamos a caminar. "Espero que tú también encuentres a alguien especial", me dice. Le miro y sonrío. "Hace tiempo que lo encontré ya", le digo. "Casi diez años", pienso.
"A mí me agobiaría mucho tener a la prensa todo el día detrás", le digo. "Bueno, es que los de Estopa son así...", me responde.
Por ciencia infusa sé que los Estopa son los representantes de Bustamante y que consideran que tener a las cámaras detrás es una buena forma de mantener la publicidad.
Llegamos a la esquina de la calle de mis padres. De la calle, calle de mis padres, no de la calle de mis padres en esta localidad imaginaria. Me despido de Bustamante con otro abrazo. "Hala, adiós". "Adiós".

Nunca escucho a Bustamante. No se encuentra entre mis intereses ni preferencias musicales.
No sé quien es el chico que le acompaña en el sueño.
El fin de semana pasado estuve en Oloron, un pueblo del Pirineo francés; hace dos en Pirineos Sur. Creo que de ahí salen el pueblecillo, el verde y la fiesta en el Pabellón.
Las chancletas las he llevado muy a gusto durante dos veranos, pero este último ya andaba más sobre el suelo que sobre ellas cuando las llevaba puestas, así que decidí que era el momento de dejarlas pasar.
Llevo diez años con Sergio. Él es mi alguien especial.
Tampoco escucho a los Estopa.
Ayer estuve en casa de mis padres.

2 de agosto de 2006

la programación de tarde

El miércoles me tocó planchar. Tenía plancha para rato, así que me puse la tabla delante de la tele y a darle. Al final, planchar fue lo menos malo. Tuve la oportunidad de consumir la programación televisiva de la tarde y casi vomito.

En Cuatro, un concurso de encontrar pareja para cibernautas. Un tío que tenía que elegir entre tres tías sin verlas directamente. Lo típico. Sin embargo, aquí incluían una breve presentación visual de las chicas antes de empezar la ronda de preguntas y respuestas, sin llegar a desvelar qué cara correspondía a qué nombre. Pequeña putada para el que elige, porque ya sabe qué se puede llevar y qué no. Y, si entre lo que se puede llevar no hay nada bueno, pues imagínate tú; con la presión constante de conseguir elegir al menos lo menos malo. Las opciones eran tocha, teñido generalizado y sobrepeso; los comentarios del presentador, tipo "aquí tenemos a tres bellezones, lo mejorcito de internet", para darle de bofetadas; y la cara del que elegía, pa'verla.
La primera descartada fue Fulanita, que resultó ser la teñida. La cara del concursante al ver el resultado de su decisión fue de "cachis". La segunda descartada resultó ser la de la tocha. Al conocer el resultado el concursante no pudo disimular lo suficiente y se le intuyó un "joder, que me he quedado con la gorda" interno preocupante. Hala, quitemos la barrera que separa al concursante de su elección. El presentador tocando las narices con un "Vaya bellezón que te has llevado ¿eh? ¿Estás contento?" y el concursante afirmando con la cabeza con la credibilidad actoral de Silvester Stallone. La pobre chica, consciente de sí misma, estirándose la camiseta con el fin de disimular lo más posible la inexistencia de cintura en su fisionomía. La chica he de decir que era simpática y mona de cara, pero de ahí a bellezón... Y el presentador dale que te pego con que qué pareja más estupenda, que daos un beso, hombre, que ya veréis qué bien os lo pasáis corriendo desnudos por las playas de Ibiza (literal) Dudo que llegaran al aeropuerto.

La segunda parte del concurso consistía en tres chicos y tres chicas que, formando parejas rotativas, intentaban conocerse en tres minutos a ver si en ese tiempo surgía el amor. Las preguntas que entre ellos se hacían para alcanzar este objetivo eran tipo "cuál es tu fantasía sexual preferida", "dónde te gustaría hacerlo", "cuál es el sitio más raro en el que lo has hecho", "lo harías con una chica en tu primera cita", etcétera. Vamos, preguntas de lo más románticas, dirigidas a encontrar al amor de tu vida.
Al final, todos tenían que decir a que miembro del sexo opuesto elegían y, si alguna de las elecciones era correspondida, pues alegría. Una alegría, hubo. Las tres chicas eligieron al mismo chico (aún me estoy preguntado yo porqué) y ese chico eligió, obviamente a una de las tres. En concreto, a la que había confesado a cámara que el niño estaba buenísimo y que la tenía loquita. Dieciocho añitos de hormonas habían descubierto eso en un minuto escaso de relación con el muchacho. Una vez elegidos mutuamente, lo típico: daos un besito, majos. Miradas de turbación, que voy o no voy... ¡y zas! las hormonas se revolucionan y la niña le suelta al muchacho un morreo de los de esquina de bar de marcha que casi saca al pobre de plano. Aquí se termina lo que se da.

Todavía conmocionada, cambio de canal.

El Diario de Patricia. Madre e hija que entran en plató. "Le dihe a mi cuñá de que cuidaa el nisho de mi marío y le plantó doh floreh de Pahcua. Cuando fui a decile que de plantas na, que eso era un zementerio y no un jardí, me diho de todo, hahta que había matao yo a mi marío a dihguhto. Y pa' dihguhto er nuehtro, figúreseh uhteh. Azí cahora quiero que mi tía pidah a mi madreh dihculpah delanteh de toa Ehpaña"
Pues muy bien. Madre e hija que salen del plató. Va a entrar su tía-cuñada y no sabe que ellas están allí.
Nuestra siguiente invitada es fulanita. Fulanita que entra. Fulanita, ¿usted se lleva bien con su familia? Sí. ¿Con su familia política también? Sí, tambié. Pues tenemos aquí un mensaje para usted. Pantalla: "Tía, que lo que le dihisteh a mi madreh fue mu feo. Yo quieroh de que mehplique delante de toah Ehpaña poqué dihihte eso y que la pidah dihculpah delante de toa Ehpañah"

"Yo no tengo que pedihle dihculpa de na"

Que entren la sobrina y la cuñada. Entran.

Poh de que ehtoh. Poh de que lo de mah allá.

La cuñada marvadah: "A mi ehtoh no me hase ninguna grasia, yo venia aquí a que me dieran una zorpreza y me encuentro con ehto. Loh trapoh zucio se lavan en caza, que vivimoh a veinteh minutoh" La cara de la cuñada marvadah era pa' de que vehla.

Yo sentí una vergüenza ajena tal, que a puntito estuve de apagar el televisor. Pero lo máximo que hice fue cambiar de canal. Que aún me quedaba un huevo que planchar.

28 de julio de 2006

¿y yo por qué sueño estas cosas? (capitulo 2: Jackie Kennedy)

Miércoles, 26 de julio. Duermo.
Me tropiezo con alguien por la calle. Perdone. Nada, nada. Es una señora morena con gafas de sol. Se me queda mirando. Me muestra una figurita pequeña que representa la cara de John Fitzgerald Kennedy. ¡Joder, si usted es Jackie Kennedy! La señora sonríe. Se quita las gafas. Efectivamente, es Jackie Kennedy.
Jackie Kennedy y yo estamos en su casa. Le digo que siempre me ha parecido una mujer con mucho coraje (todo esto en inglés, el resto de la conversación ha sido en español) Por mi mente cruzan la archiconocida imagen del cerebro de Kennedy rebotando en el coche y otra de Jackie con Onassis)
Jackie me regala una planta. Es una planta que da té. Gracias, Jackie. El problema será ir con esto en el avión. Por ciencia infusa sé en ese momento que debo coger un avión en poco tiempo. Aparecen mis padres en casa de Jackie Kennedy. Yo me sorprendo y pienso: ¡mierda, me había olvidado de ellos! Los pobres llevan todo el día recorriendo Nueva York solos. Por ciencia infusa conozco en ese momento que estoy en Nueva York. ¿Cómo sabiais que estaba aquí?, les pregunto. Hija mía, en la guía sale todo el mundo, dice mi madre dicharachera. Nueva York es precioso, añade.
Y ya no me acuerdo de más. Sólo de que la casa de Jackie Kennedy era en tonos cremas y amarillos y de que había una criada de apariencia andina que llevaba un vestido azul, del color que tiene el mar (medalla de listillo para el que entienda la coletilla...)

¿y yo por qué sueño estas cosas? (capitulo 1: las obras de Ana Paula)

Hace unos días, a eso de las 8 de la mañana, empezaron a escucharse unos martillazos tremendos procedentes del piso de abajo. Yo dormía plácidamente y Sergio se acababa de levantar. Fijaos cómo serían de tremendos que la vecina se vio en la necesidad moral de subir a disculparse y, de paso, comunicarnos que estaban de obras. Aunque eso ya nos lo habíamos imaginado, no contábamos entre sus posibles aficiones la de ponerse a destrozar su casa a golpetazos al punto de la mañana (aunque cosas más raras se han visto...)
Total que, aunque aquí retumbaba todo, yo seguía durmiendo tan plácidamente. Sergio se acercaba de vez en cuando y me soltaba un "no sé cómo narices puedes dormir con este follón". "Y lo que te gustaría poder hacerlo a ti...", pensaba yo en sueños.
Lo que Sergio no sabía es que yo hacía rato que había incluído aquello que me rodeaba en mi vida soñadora pararela, y que ya no eran los vecinos quienes estaban en obras sino mi amiga Ana Paula (o no-amiga, según toque) y vete tú a saber porqué. Yo tampoco lo sé, todo sea dicho. Ana terminó las obras de su casa hace tiempo. Yo, simplemente, sabía que la causante de ese estruendo era Ana. Acabo de caer en la cuenta de que igual resulta que era Ana, y no otra u otro, por eso de que no somos amigas. Nadie mejor que una no-amiga para joderte con martillazos a las 8 de la mañana.
Además de ese dato, mi cabeza sólo procesaba otra cosa más: el cuadro que tenemos colgado sobre la cama temblaba y rebotaba sobre la pared peligrosamente. ¿Me quedaba como estaba, con la cabeza debajo, o sería mejor darme la vuelta para que, en caso de que terminara cayéndose, lo hiciera sobre mis pies?
Y ahí se quedó el tema. No recuerdo qué decisión tome. Ya os digo que estaba dormida.

26 de julio de 2006

las canciones de amor

Non è facile per me
Dire una cosa proprio a te
Che mi conosci bene come la tua pelle

Questa mattina quando te sei uscita prima di me
Sono rimasto a letto a guardar le stelle
Disteso dalla parte tua
Con il tuo calore ancora li, terra di sogni che non so comprendere

Io trattenevo il respiro

Per sentire il silenzio
Di una stanza quando non ci sei

Abbracciavo il cuscino

Per cercare il profumo
Di una notte dai capelli tuoi…

E non ci riuscirò mai…. Mai

A dirti quanto bella sei.. sei
Quanta vita mi dai… dai
E quello che tu sei per me… per me.. per me…per me….per me…

Sei l’altra parte della luna

Il fuoco che non si consuma
Il tuono che precede il lampo
La cassaforte del mio tempo

E’ difficile poi

Ritrovarsi tra noi
Con addosso dieci anni insieme
L’abitudine sai è il peggiore dei guai

Si diventa come due vecchi comici
Che non ridono più
Che non inventano più
Che sono li a rassicurare il pubblico

Io ti amo.. e mi vergogno anche un po’

Come un bambino io continuo a dirtelo

E non ci riuscirò mai.. mai

A dirti quanto bella sei.. sei
Quanta vita mi dai… dai
E quello che tu sei per me… per me.. per me…per me….per me…

Fedele non sarò mai

Ma non ti tradirò mai
Sai che fedele io non sono a niente
Io non lo sono con me
Io non lo sono con te
Neanche con dio nemmeno con la gente

Non ti amerò come vuoi

Perché non so dire noi
Però lo sai che posso darti il sole
È solo insieme a te
Che io ho capito perché
È così bella la parola amore

E non ci riuscirò mai.. mai

A dirti quanto bella sei.. sei
Quanta vita mi dai… dai
E quello che tu sei per me… per me.. per me…per me….per me…

Tu sei la cima dell’olimpo

La pioggia che ravviva il campo
La madre che non mi somiglia
Il battito delle mie ciglia
La notte dove addormentarmi
E l’ala dove ripararmi
Tu sei il pericolo costante
La mia miniera di diamante

Per me.. per me…per me….per me…

("Per me" - Lorenzo Jovanotti)


Escuchando esta canción me di cuenta de que lo verdaderamente hermoso de las canciones de amor no es desear que alguien te las cante a ti sino tener alguien a quien desear cantárselas tú.

No es fácil para mí
decirte una cosa justo a ti,
que me conoces tan bien como a tu piel.

Esta mañana, cuando te has marchado antes que yo,
me he quedado en la cama a mirar las estrellas.
Tumbado sobre tu lado, con tu calor todavía allí.
Tierra de sueños que no sé entender.

Yo contenía la respiración
para escuchar el silencio de una habitación
cuando tú no estás.

Abrazaba la almohada
para buscar el perfume
de una noche en tu cabello.

Y no conseguiré nunca, nunca,
decirte lo bella que eres,
cuanta vida me das
y todo lo que significas para mí.

Eres la otra cara de la luna,
el fuego que no se consume,
el trueno que precede al relámpago,
la caja fuerte de mi tiempo.

Es difícil reencontrarnos
con diez años juntos encima.
La rutina, sabes,
es el peor de los problemas.
Se llega a ser como dos viejos cómicos,
que no ríen más,
que no inventan más,
que están allí para tranquilizar al público.

Yo te amo,
y me avergüenzo incluso un poco,
como un niño sigo diciéndotelo.

Y no conseguiré nunca, nunca,
decirte lo bella que eres,
cuanta vida me das
y todo lo que significas para mí.

Fiel no lo seré jamás,
pero nunca te traicionaré.
Sabes que no soy fiel a nada.
No lo soy conmigo,
no lo soy contigo,
ni con Dios y ni con la gente.

No te amaré como quieres
porque no sé decir “nosotros”,
pero sabes que puedo darte el sol
y que sólo junto a ti he comprendido
porqué la palabra “amor” es tan bella.

Y no conseguiré nunca, nunca,
decirte lo bella que eres,
cuanta vida me das
y todo lo que significas para mí.

Tu eres la cima del olimpo,
la lluvia que revive el campo,
la madre que no se me parece,
el batir de mis pestañas.

La noche en la que dormirme,
el ala bajo la que protegerme,
el peligro constante,
mi mina de diamantes.


10 de julio de 2006

venga, va, que no pasa nada

Con esta frase se traduce que la prensa acreditada haya elegido a Zidane mejor jugador del Mundial. Da igual que en el último partido le pegase a Materazzi un cabezazo en todo el esternón más propio de un bárbaro del medioevo que de un francés del siglo XXI, por mucho que el francés en cuestión sea marsellés. Lo que cuenta es que Zidane es un gran jugador, que ha hecho un gran mundial y, sobre todo, que se retira. Eso sí que pesa. ¿Cómo se va a despedir Zidane del fútbol profesional por la puerta de atrás? ¿Cómo se va a ir de vacío? No, majo, no. Toma tu Baloncico de Oro y vete como un señor.
Aunque igual la jugada es otra. Toma tu Balón de Oro que así al menos tendrás que dar la cara y ya, de paso, alguna que otra explicación. Quieras o no. La cuestión es la noticia. Y la noticia eres tú, así que no te vas a ir de rositas tan tranquilamente.

La siguiente opción en la lista para llevarse el Balón era Fabio Cannavaro, que se ha quedado a 35 puntos del francés. Cannavaro. Defensa y capitán de la selección italiana, que ha encajado dos goles en todo el Mundial. Será que este chico hace bien su trabajo... Además, no ha visto ni una tarjeta en toda la competición y justo con la final cumple 100 partidos como internacional.
Bah, éste ya ha ganado la Copa del Mundo, no vamos a darle también el baloncico. Que se espere. El Baloncico para Zidane.

Pues no señor. No estoy de acuerdo. Zidane puede jugar al fútbol de puta madre pero el cabezazo de ayer no tiene justificación. Metió la pata. Eso no se puede y no se debe hacer. El mensaje no debería ser "lo que importa es que haya jugado mejor que nadie" sino "lo que importa es que ha sido el mejor". Y con esa acción Zidane no ha sido el mejor. Lo hubiera podido ser, pero no lo ha sido. Y eso se tiene que respetar. Mira, Zidane, majo, que te lo hubiéramos dado a ti si no hubiera sido por esa metedura de pata tan gorda pero, como la has metido hasta el fondo, pues no te lo vamos a dar. Lo sentimos mucho pero las cosas son así.

Pues tampoco. Parece que las cosas no son así. Si tu niño aprueba todas las asignaturas en junio pero el día de la fiesta de fin de curso le pega una puñetazo al enclenque de Manolito porque éste le ha llamado empollón de mierda, tú cómprale la Play Station igual que, al fin y al cabo, lo que cuenta es que el niño sea el más listo de la casa. Lo de las peleas se olvida.
Señores, igual se olvida si el puñetazo se pega nada más empezar el curso, pero en la fiesta de despedida, cuando ya se tiene la Play encargada y todo... no me jodas.
La cosa es que algo hay que hacer con la Play. No la vamos a devolver, que no se puede. Pues se la damos al hermano, que no ha sacado esas notazas pero nos ha aprobado todas también. Y no ha pegado a nadie, además. El niño se pegará un berrinche, gritará a los cuatro vientos que sus padres son los peores padres del mundo y ya. Zidane yo creo que se habría quedado en el berrinche nada más. Porque, a poco que tenga algo de sentido común, que yo creo que lo tiene, lo de haber cambiado el Balón por un cabezazo me da que lo habría entendido, y asumido, sin mucho esfuerzo. Alguien que no es capaz de entender eso no abandona el campo de juego tras una expulsión sin rechistar y llorando como un niño. Yo creo que antes de llegar al vestuario ya sabía lo que acababa de hacer y sus consecuencias. Quizás por eso le van a comprar la Play igual.

Obviamente, si lo de Zidane no me parece bien tampoco me parecería bien que ahora en Italia vean como agua pasada el escándalo de su liga profesional y mantengan a todos los equipos chanchulleros en Primera. Estamos en las mismas. Da igual que hayáis ganado el mundial, majetes. El fútbol italiano está podrido y esto hay que arreglarlo y arreglarlo bien. Que 14 de los jugadores de la selección ganadora se quedan sin equipo, pues no pasa nada. Ya verás que prontico encuentran otro. Y más ahora.

Y ya está. Que no sé para qué hablo yo de fútbol si no tengo ni idea. Me meto en cada fregado... lo que sí que sé es que mis hijos me van a odiar. Muchas veces. Y que yo no les pienso dar la Play así por las buenas. Si se la doy, porque igual me ablando un poco, será después de echarles una buena reprimenda en la que les deje claro que de puñetazos, ni uno más. Que en esta vida cuenta todo, y no sólo lo bueno.

abbiamo vinto!

Pues eso, que Italia es Campeona del Mundo. No voy a hacer una crítica deportiva del evento; para eso ya están el Marca o el As, que fijo que lo cuentan mejor que yo. Sólo diré que me ha dolido lo de Zidane. Sea lo que sea que le haya dicho el italiano, que ha podido ser cualquier barbaridad, su reacción no tiene sentido. Que le pase a un tío de 20 años, pues bueno. Pero que le pase a un tío como Zidane... Joder, tío, que es el último partido oficial que juegas en tu vida, que si ganáis te nombran mejor jugador del mundial, que tu equipo cuenta contigo hasta el final... no la cagues así. Que te saquen roja por algo justificado en el juego, no por una acción absurda como esa. Te has despedido de la peor manera posible, sin salir ni siquiera a recoger tu medalla de subcampeón con tu equipo, espero que por vergüenza y no por orgullo.
De verdad que lo siento mucho por ti. Es un trago difícil de pasar una vez que el cruce de cables deja lugar a la razón. Creo que todos hemos pasado alguna vez por una situación así (no me refiero a ser expulsado por realizar una acción estúpida en una final de mundial, obviamente) Darse cuenta del error es duro, pero dar la cara después lo suele ser aún más.

Pasando ya de Zidane, ahora voy al rollo personal. Dejad de leer los que paséis de saber de las introspecciones de los demás. Avisados quedáis.

Creo poder afirmar que he visto este partido de manera diferente a como lo hayáis podido ver vosotros. Un pedacito de mí estaba en el Circo Massimo y el resto, los que estaban aquí sentaditos en el sofá, estaban empapados de una nostalgia semiautoinducida. Yo podría haber estado allí, disfrutando del ambiente, de la ocasión. Mentalmente podía imaginarme allí, entre la folla. En esa Roma de julio, con noches de brisa fresca y luces cálidas.
Sin embargo, la vida me ha llevado por otro camino y aquí estoy. Lejos de allí y sin llegar a superarlo del todo. Sólo me consuela saber que, en el fondo, y aunque esa ciudad me llame a gritos y me empape el alma (suena cursi, pero es la mejor manera de describirlo), aquí estoy mejor que allí. Porque no todo lo que se recuerda es lo real; porque las cosas se idealizan y los sentimientos se llevan con uno virtualmente y sin querer. Porque lo que está allí no está aquí, pero tampoco lo que está aquí está allí. Y yo, sin lo que tengo aquí, tampoco podría vivir.
Así que tengo suerte. Porque siempre me quedará Roma. Eterna.

6 de julio de 2006

e adesso tifo per gli azzurri

Bueno, Portugal ha sido eliminada del Mundial. La final se queda entre Italia y Francia y, tras la petición de Carmine, uno de mis amigos italianos, me veo obligada a tifare per gli azzurri. Tira el corazón, qué le vamos a hacer. Además, el otro día jugaron un partidazo contra Alemania y se lo merecen. A ver si esta vez no me defraudan y supero lo de Roberto Baggio, que ya va siendo hora. Lo que me fastidia es no poder plantarme allí si ganan porque, con lo que celebran las cosas estos italianos y lo que les gusta echarse a la calle, seguro que se monta una buena. Lástima, lástima. Les he pedido que me manden alguna foto, aunque conociéndoles me puedo esperar sentada. Si por una casualidad resulta que se acuerdan, prometo publicarla.
Forza azzurri ed in bocca al lupo!

4 de julio de 2006

el garajero



Hoy hace un calor insoportable y mi garajero es un ser cargante. Estoy hasta las narices de tener que tragarme sus sermones cada vez que saco o meto el coche. La plaza es pequeña, hay una columna doble que es un peligro, lo mío no es aparcar en ninguna parte y, por si esto fuera poco para pasarlas canutas cada vez que me enfrento a dejar el cochecico en su sitio, tenemos un garajero que se empeña en decirme cómo tengo que hacerlo. Reconozco que esto estaría de puta madre si fuera un tipo amable, paciente y con dotes explicativas, pero como el tío es un cazurro que no vocaliza, habla a gritos y mueve las dos manos indiscriminadamente y a la vez para indicarme hacia donde debo girar el volante, la cosa se convierte en una tortura. Diaria. Doblemente diaria.
Estoy harta de que me repita que el coche es muy grande para la plaza, de que me vaticine que uno de estos días me voy a estampar contra la maldita columna, de que me recuerde las muchas veces que me ha explicado como aparcar en esa plaza y de que me farfulle cosas en su molesto idioma aibaiba. Cada vez que abre la boca me dan ganas de decirle que se jubile de una puta vez y me deje en paz, que me tiene hasta los mismísimos de sus adoctrinamientos. Bastante tengo con lo que tengo ya como para aguantar esto también. Si aparco sola, aparco estupendamente. Haré el triple de maniobras pero al final lo consigo dejar rectico y en su sitio. Ahora, cuando él se mete por el medio, me pone nerviosísima y no sé si girar el volante hacia la izquierda, hacia la derecha o directamente ahorcarme con el cinturón de seguridad.
El otro día no me dejó sacar el coche como hago normalmente porque se empeñó en que iba a darle al de la plaza de al lado, que siempre está ahí y al que nunca doy. En vez de ir marcha atrás e ir girando hacia la izquierda hasta salir del todo, me hizo ir marcha atrás, girar a la derecha, retroceder hasta meterme de culo en la plaza contigua al supuesto coche-víctima y después salir de ahí para irme finalmente hacia donde tenía que ir desde un principio (os incluyo un esquema para explicarlo mejor, aunque igual no lo consigo)
Total, que estoy harta. Que yo reconozco que tengo poca paciencia pero es que todos los días la misma historia, al final cansa. Y ya está. Y es que encima no se le entiende un carajo, ¡coño!

28 de junio de 2006

se acabó

Minuto 83. Gol de Francia. Y yo me he quedado como si me hubieran echado una losa encima. Sin embargo, aún me ha quedado alguna fuerza para mover la losa un poquito y seguir con la ilusión de que no todo estaba perdido.
Desde que los franceses han marcado el primer gol se ha visto que la cosa iba a estar más que difícil. El motivo: ellos habían marcado un gol y nosotros, no. Nuestro gol, de penalti, no demostraba que fuéramos capaces de llegar a puerta y marcar; el suyo, sí.
En el minuto 91 lo único que me apetecía era apagar la tele y... y no sabía qué. Sólo quería dejar de sentirme tan triste. Me daba tanta lástima haber perdido, no poder seguir disfrutando de esa ilusión compartida, y quizá desmedida, que lo rodeaba todo... y me daba lástima no poder seguir viendo partidos, qué narices, que me lo estaba pasando bien.
En fin, otro año será. Y será lo mismo, probablemente. Qué asco más grande. Y mañana venga a aguantar en la tele y en todas partes lo que pudo ser y no fue y blabla, blabla, blabla. A mí que me dejen en paz, coño, que bastante mal lo he pasado ya. Hemos perdido, pues hemos perdido. Y a otra cosa. A otra cosa que nos pueda dar alguna alegría, por favor, que para seguir de bajón hablamos de la selección hasta el infinito y nos quedamos ahí, que al menos ya estamos acostumbrados.

27 de junio de 2006

menuda ilusión

Hay pocos días en los que me acueste esperando con ganas el día siguiente. En estos momentos mi vida no es tan apasionante como para eso y yo, por lo general, no suelo ser demasiado efusiva con respecto a los acontecimientos que en ella tienen lugar. No es que mi vida sea mala, al contrario. Es simplemente monótona. Tampoco os creáis que pienso en no despertarme al día siguiente, en plan rollo suicida, sino que, como los días pasan sin pena ni gloria, pues yo me acuesto, me levanto, me vuelvo a acostar y tiro pa'lante.

El caso es que anoche, al acostarme, pasó por mi cabeza un pensamiento fugaz que me hizo esperar con ganas que llegara hoy: "hala, que mañana juega España".

Mañana-juega-España

Parace una tontada, pero esta triada de palabras tiene su miga... Si la analizo desde el punto de vista pesimista, que es el habitual en mí, llego a la conclusión de que menuda vida triste que debo de llevar para haber convertido este acontecimiento en la expectación del día. Y lo que es peor, menudas vidas tristes debemos de llevar varios millones de españoles.
Pero, analizándolo desde el punto de vista optimista, cosa que también sé hacer aunque no lo practique en exceso, si espero el partido de la selección con esa expectación por algo será. Igual es que, por primera vez, estamos ilusionados con el equipo que tenemos y con lo que está haciendo. Igual es que nos creemos que podemos hacer algo en este mundial y todo.

De todas formas y a pesar de las ganas, como me comentaba ayer Sergio, seguramente nos sentaremos los dos frente al televisor sin ninguna ilusión. Bueno, igual con una poquita pero bien disimulada, porque nos hemos llevado ya tantos chascos que sentarse a ver a la selección con ilusión se ha convertido en masoquismo. Algo equiparable a ver jugar un partido a Conchita Martínez o seguir a Sete Gibernau. Se convierte en algo doloroso.
Es curioso esto del manejo de la ilusión... vemos jugar a la selección pensando que perder es más que probable y, sin embargo, echamos la Quiniela o la Primitiva cada semana seguros de que vamos a ganar. Quizás sea porque, por lo general, la selección española nos ha dado los disgustos en directo mientras que a los sorteos de la Primitiva no acudimos nunca y la Quiniela nos los va dando en pequeñas dosis, jugando hasta el final con la ilusión de acertar 11 y ganar algo. Además, al menos en ambos casos los numericos y las crucecicas decides tú donde colocarlas y no dependes de Julio Salinas para ganar. Ay, Julio... ahí está la punzada a mi ilusión.
España, Italia, Julio Salinas y Roberto Baggio.
He vivido el último año y medio en Italia, adoro ese país, sus ciudades, su comida, su música... pero no puedo con su selección. Es que no puedo. Non tifo per gli azzurri por culpa de Roberto Baggio. Qué le vamos a hacer. Además, como selección son unos churreros. No digo que jueguen mal, porque no lo hacen, pero su tónica es ganar uno a cero con gol en el minuto 89 por penalti injusto, rebote en la barrera o jugada maestra. Lo de la jugadita está muy bien, pero las otras dos cosas joden una barbaridad. Este año ahí están, en su línea y en cuartos. Y los pobres suizos de camino a la Suisse sin haber perdido ni un solo partido ni haber encajado ni un solo gol. Cagüeneldioquesuiso, que dice el chiste. Si es que el mundo es injusto.
Después de ésto, ¿cómo nos vamos a sentar a ver el España-Francia sin un poquito de resquemor?

Y un último pensamiento que me ronda desde hace muchos años: ¿por qué ningún futbolista dice fútbol? Dicen fúbol, fúrbol, y si se les escapa por casualidad la palabra correcta, se autocorrigen, que es lo mejor de todo. Me tengo que fijar, porque no sé si es algo exclusivo del balompié o sucede también en otras profesiones... ¿El mundo de la costrución? ¿de la aministración? Pues va a ser que sí.

Y ya vale, que para no ser futbolera menudo rollo que me he pegado. Fubolera, perdón.

Bienvenidos al mundo apuf

Este espacio nace porque de todo tiene que haber en este mundo, hasta un mundo apuf. No hay propósitos, objetivos ni pautas que seguir; contaré lo que me apetezca, cuando me apetezca y como me apetezca. Mis cambios de humor son constantes, soy crítica con lo que me rodea y conmigo misma, y, no sé si porque interpreto demasiado lo que vivo o simplemente porque sí, a veces me pasan cosas un poco raras. Lo que escriba será lo que salga directamente de mi cabeza, como si lo dijera en voz alta delante de un café. Espero que, alguna vez, frente a esa misma taza haya alguien más con quien compartir conversación. El café así sabe mejor.