El miércoles me tocó planchar. Tenía plancha para rato, así que me puse la tabla delante de la tele y a darle. Al final, planchar fue lo menos malo. Tuve la oportunidad de consumir la programación televisiva de la tarde y casi vomito.
En Cuatro, un concurso de encontrar pareja para cibernautas. Un tío que tenía que elegir entre tres tías sin verlas directamente. Lo típico. Sin embargo, aquí incluían una breve presentación visual de las chicas antes de empezar la ronda de preguntas y respuestas, sin llegar a desvelar qué cara correspondía a qué nombre. Pequeña putada para el que elige, porque ya sabe qué se puede llevar y qué no. Y, si entre lo que se puede llevar no hay nada bueno, pues imagínate tú; con la presión constante de conseguir elegir al menos lo menos malo. Las opciones eran tocha, teñido generalizado y sobrepeso; los comentarios del presentador, tipo "aquí tenemos a tres bellezones, lo mejorcito de internet", para darle de bofetadas; y la cara del que elegía, pa'verla.
La primera descartada fue Fulanita, que resultó ser la teñida. La cara del concursante al ver el resultado de su decisión fue de "cachis". La segunda descartada resultó ser la de la tocha. Al conocer el resultado el concursante no pudo disimular lo suficiente y se le intuyó un "joder, que me he quedado con la gorda" interno preocupante. Hala, quitemos la barrera que separa al concursante de su elección. El presentador tocando las narices con un "Vaya bellezón que te has llevado ¿eh? ¿Estás contento?" y el concursante afirmando con la cabeza con la credibilidad actoral de Silvester Stallone. La pobre chica, consciente de sí misma, estirándose la camiseta con el fin de disimular lo más posible la inexistencia de cintura en su fisionomía. La chica he de decir que era simpática y mona de cara, pero de ahí a bellezón... Y el presentador dale que te pego con que qué pareja más estupenda, que daos un beso, hombre, que ya veréis qué bien os lo pasáis corriendo desnudos por las playas de Ibiza (literal) Dudo que llegaran al aeropuerto.
La segunda parte del concurso consistía en tres chicos y tres chicas que, formando parejas rotativas, intentaban conocerse en tres minutos a ver si en ese tiempo surgía el amor. Las preguntas que entre ellos se hacían para alcanzar este objetivo eran tipo "cuál es tu fantasía sexual preferida", "dónde te gustaría hacerlo", "cuál es el sitio más raro en el que lo has hecho", "lo harías con una chica en tu primera cita", etcétera. Vamos, preguntas de lo más románticas, dirigidas a encontrar al amor de tu vida.
Al final, todos tenían que decir a que miembro del sexo opuesto elegían y, si alguna de las elecciones era correspondida, pues alegría. Una alegría, hubo. Las tres chicas eligieron al mismo chico (aún me estoy preguntado yo porqué) y ese chico eligió, obviamente a una de las tres. En concreto, a la que había confesado a cámara que el niño estaba buenísimo y que la tenía loquita. Dieciocho añitos de hormonas habían descubierto eso en un minuto escaso de relación con el muchacho. Una vez elegidos mutuamente, lo típico: daos un besito, majos. Miradas de turbación, que voy o no voy... ¡y zas! las hormonas se revolucionan y la niña le suelta al muchacho un morreo de los de esquina de bar de marcha que casi saca al pobre de plano. Aquí se termina lo que se da.
Todavía conmocionada, cambio de canal.
El Diario de Patricia. Madre e hija que entran en plató. "Le dihe a mi cuñá de que cuidaa el nisho de mi marío y le plantó doh floreh de Pahcua. Cuando fui a decile que de plantas na, que eso era un zementerio y no un jardí, me diho de todo, hahta que había matao yo a mi marío a dihguhto. Y pa' dihguhto er nuehtro, figúreseh uhteh. Azí cahora quiero que mi tía pidah a mi madreh dihculpah delanteh de toa Ehpaña"
Pues muy bien. Madre e hija que salen del plató. Va a entrar su tía-cuñada y no sabe que ellas están allí.
Nuestra siguiente invitada es fulanita. Fulanita que entra. Fulanita, ¿usted se lleva bien con su familia? Sí. ¿Con su familia política también? Sí, tambié. Pues tenemos aquí un mensaje para usted. Pantalla: "Tía, que lo que le dihisteh a mi madreh fue mu feo. Yo quieroh de que mehplique delante de toah Ehpaña poqué dihihte eso y que la pidah dihculpah delante de toa Ehpañah"
"Yo no tengo que pedihle dihculpa de na"
Que entren la sobrina y la cuñada. Entran.
Poh de que ehtoh. Poh de que lo de mah allá.
La cuñada marvadah: "A mi ehtoh no me hase ninguna grasia, yo venia aquí a que me dieran una zorpreza y me encuentro con ehto. Loh trapoh zucio se lavan en caza, que vivimoh a veinteh minutoh" La cara de la cuñada marvadah era pa' de que vehla.
Yo sentí una vergüenza ajena tal, que a puntito estuve de apagar el televisor. Pero lo máximo que hice fue cambiar de canal. Que aún me quedaba un huevo que planchar.
2 comentarios:
Pues ya verás si un día de estos te quedas en casica por la mañana... se supone que la programación buena es la de la tarde...
Es que ver ésto sin hacer nada más, es decir, prestándole toda la atención, no creo que pueda ser bueno para la salud. Así que casi mejor planchar.
Publicar un comentario