28 de abril de 2007

31

Hoy cumplo 31 años.

Me ha felicitado mucha gente. Los más cercanos me han llamado básicamente vieja, mientras que aquellos con los que tengo menos confianza me han dicho que no los aparento. ¿A quién creer?

Por lógica, a los que no se ven sometidos al bienquedar, es decir, a los primeros. El resultado de esta decisión sería asumir que con 31 años soy una vieja pero, gracias a la capacidad de autoengaño del ser humano, y teniendo en cuenta que quienes me han dicho que soy una vieja son principalmente los amigotes, lo más autocomplaciente es creer que lo dicen por joder y que, en realidad, no los aparento.
También está la opción de quedarme con lo que me ha dicho mi tío José Luis, que básicamente me ha dado la bienvenida a la edad adulta remarcando que hasta los 30 uno no es adulto sino gilipollas.
Teniendo en cuenta que la decisión está entre pensar que hoy soy adulta pero ayer era gilipollas o que tengo 31 años pero no los aparento, va a ser que me quedo con lo segundo. Principalmente porque quedarme con la idea de que hoy tengo 31 años, soy una vieja y ayer era gilipollas no me atrae lo más mínimo.

Para colmo de males, además de ser vieja, llueve. Mucho.
Esta mañana he ido a por el postre y el pan y me ha caído todo el agua encima. Y he pisado media mierda, lo que tendría que haberme proporcionado, al menos, media suerte. Mañana revisaré la quiniela que he hecho, que una aún sigue creyendo en la fortuna como regalo de cumpleaños. Aunque, si media mierda equivale a media suerte, seguramente habré acertado 7.

Alegríaaaaaaaaa.

No hay comentarios: