7 de noviembre de 2012

Y si...



Esta mañana un amigo me ha enviado el enlace a este vídeo con el siguiente texto:

"Os mando un curioso enlace que hace llorar al más fuerte. Curiosa la mezcla de historia real y ficción televisiva, muy bien realizada. Si alguien no llora que lo diga, pero no me lo creo".

Yo he asumido el reto y, sí, he terminado llorando como una magdalena. La historia es conmovedora, pero quizás haber leído esta noticia recientemente en la prensa española también haya tenido algo que ver para que lo que se me ha revuelto por dentro lo haya hecho con más fuerza:

"El Gobierno sostiene que un hijo indeseado no daña la salud de la mujer.
El Ejecutivo insiste en reformar la ley para suprimir la malformación como causa de interrupción de embarazo".

Porque las cuestiones que se me plantean uniendo esta noticia con el vídeo son inmensas y, en algunos casos, irresolubles, me temo.

¿Y si la madre de este chico hubiera abortado al conocer su malformación?
Nunca habría existido este chico.

La madre no abortó, pero al nacer lo abandonó en la calle metido en una caja de zapatos.
¿Alguien puede seguir manteniendo, después de esto, que un hijo indeseado no daña la salud de la mujer?
La salud mental de una persona debe de estar ciertamente dañada para llevar a cabo un acto que, en condiciones normales, a cualquiera de nosotros nos parece abominable, especialmente viniendo de una madre hacia su hijo.

¿Y si nadie hubiera encontrado esa caja de zapatos?
El chico habría existido y habría muerto de una manera cruel.

Sin embargo, la caja fue encontrada por una monjas y el niño fue llevado a un orfanato. 
¿Y si su madre adoptiva nunca se hubiera cruzado en su vida?
Probablemente el chico habría existido y habría vivido pero ¿en qué condiciones? ¿Habría vivido o sobrevivido?

Afortunadamente, a este chico (y a su hermano, no olvidemos que son dos), la suerte le ha sonreído y ahora disfruta de una vida, dentro de sus limitaciones, plena y normal. Pero la suerte no nos sonríe siempre a todos ni lo hace por igual.

Viendo el vídeo, probablemente nadie estaría a favor de que este chico no hubiera nacido. Pero ninguno de nosotros somos su madre biológica. Si hubiéramos conocido una historia distinta, si este chico hubiera muerto abandonado en una caja de zapatos, ¿nuestra opinión sería otra?

¿Se debe decidir por lo que algo es o se debe decidir por lo que algo puede llegar a ser?
¿No debería tener la madre la opción última de decidir? Es posible que muchos niños no lleguen a nacer, pero también es posible que muchos de los que nazcan terminen en una caja de zapatos. ¿Qué es más cruel?
¿Y para quién lo es?

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