4 de julio de 2006

el garajero



Hoy hace un calor insoportable y mi garajero es un ser cargante. Estoy hasta las narices de tener que tragarme sus sermones cada vez que saco o meto el coche. La plaza es pequeña, hay una columna doble que es un peligro, lo mío no es aparcar en ninguna parte y, por si esto fuera poco para pasarlas canutas cada vez que me enfrento a dejar el cochecico en su sitio, tenemos un garajero que se empeña en decirme cómo tengo que hacerlo. Reconozco que esto estaría de puta madre si fuera un tipo amable, paciente y con dotes explicativas, pero como el tío es un cazurro que no vocaliza, habla a gritos y mueve las dos manos indiscriminadamente y a la vez para indicarme hacia donde debo girar el volante, la cosa se convierte en una tortura. Diaria. Doblemente diaria.
Estoy harta de que me repita que el coche es muy grande para la plaza, de que me vaticine que uno de estos días me voy a estampar contra la maldita columna, de que me recuerde las muchas veces que me ha explicado como aparcar en esa plaza y de que me farfulle cosas en su molesto idioma aibaiba. Cada vez que abre la boca me dan ganas de decirle que se jubile de una puta vez y me deje en paz, que me tiene hasta los mismísimos de sus adoctrinamientos. Bastante tengo con lo que tengo ya como para aguantar esto también. Si aparco sola, aparco estupendamente. Haré el triple de maniobras pero al final lo consigo dejar rectico y en su sitio. Ahora, cuando él se mete por el medio, me pone nerviosísima y no sé si girar el volante hacia la izquierda, hacia la derecha o directamente ahorcarme con el cinturón de seguridad.
El otro día no me dejó sacar el coche como hago normalmente porque se empeñó en que iba a darle al de la plaza de al lado, que siempre está ahí y al que nunca doy. En vez de ir marcha atrás e ir girando hacia la izquierda hasta salir del todo, me hizo ir marcha atrás, girar a la derecha, retroceder hasta meterme de culo en la plaza contigua al supuesto coche-víctima y después salir de ahí para irme finalmente hacia donde tenía que ir desde un principio (os incluyo un esquema para explicarlo mejor, aunque igual no lo consigo)
Total, que estoy harta. Que yo reconozco que tengo poca paciencia pero es que todos los días la misma historia, al final cansa. Y ya está. Y es que encima no se le entiende un carajo, ¡coño!

No hay comentarios: