9 de marzo de 2008

elecciones

Hace un par de semanas una vecina me entregó una carta que había recogido por mí. En ella se me informaba de que había sido "designada para formar parte de la Mesa Electoral como Vocal Suplente", y que tenía que presentarme en el domicilio indicado el día 9 de marzo a las 8 de la mañana para presidir la votación en las elecciones. Creo que recibir esa carta no le hace mucha gracia a nadie, y a mí tampoco me la hizo. Levantarme un domingo a las 7 de la mañana y pegarme un día entero en la Mesa electoral cuando, además, me faltan horas en el día para terminar todo el trabajo que tengo pendiente, era algo que no venía a mejorar las cosas. Sin embargo, una se resigna y lo asume, entendiendo que es una obligación. Además, había sido designada vocal suplente; malo sería que tuviera que quedarme porque los demás no cumplieran con la suya.

A las 8 de la mañana estaba en el domicilio indicado. La mesa que me correspondía estaba justo a la entrada y el panorama no era muy alentador: tan sólo un chico joven le hacía compañía. Cachis. Que me veo de Vocal titular.

- Hola, buenos días - he saludado.
- Hola.
- ¿Tú qué eres?
- Yo vocal. ¿Tú?
- Yo vocal suplente.
- Bueno, entonces igual te libras.
- Sí, a ver qué pasa.

Poco a poco han ido llegando más convocados. "¿Tú qué eres?"... "Presidente suplente"... "Pues el Presidente titular no ha llegado"... "Vaya... ¿tú?"... "Vocal suplente ¿Y tú?"... "Vocal suplente también"... "¿Pero cuántos vocales suplentes hay?"... "Cuatro, creo; Presidentes suplentes, dos"... "Y faltan el Presidente y un Vocal"... "Y el otro Presidente suplente"..."No, creo que es un señor que está ahí fuera"... "¿Y cómo sabemos quién suple a quién? Porque si los titulares no vienen un Presidente suplente y un vocal se tendrán que quedar"..."Habrá que hacerlo por sorteo, no sé"..."Venaga ya..."..."Voy a preguntar a ver qué me dicen".

Al final, la cosa se ha resuelto a base de lista.

- A ver, primer suplente de vocal, Fulanito de tal. Usted se tiene que quedar.

Resulta que Fulanito de tal es mi vecino de abajo.

- Pero si a mí me dijeron que sólo tenía que venir a firmar... No me puedo quedar, no me va bien. Le cedo el puesto a quien quiera.
- Lo siento, pero se tiene que quedar. El Vocal titular aparece como exento. El que tiene que venir es el Presidente, que sí que aparece en la lista.

Miramos a ver quién es. Uy. Otro vecino, esta vez el del sexto.

- Pues este dudo mucho que venga...
- ¿Y eso?
- Pues porque lo conozco y es un tipo un poco extraño... ha tenido algunos problemas con los vecinos... vamos, no sé. Igual viene, pero lo dudo (lo que no les cuento es que lo dudo porque este vecino vive casi seguro en un piso de integración de ex-toxicómanos, ex-alcohólicos, o algo similar o sin ex- y, normalmente, está más en su mundo que aquí)
- Entonces, Menganito de tal es el suplente del Presidente y se tiene que quedar.

Menganito, el hombre que estaba dando vueltas por el pasillo, entra gritando que él no se piensa quedar. Después se calma, pero sigue protestando. En un rato se piensa ir a almozar y entrará y saldrá las veces que le venga en gana porque es diabético y tiene que comer cinco veces al día. El Vocal suplente aprovecha para decir que él tampoco se puede quedar. El Vocal titular nos mira resignado consciente del día que se le espera.

Terminamos de mirar la lista para dejar claro quien debe quedarse y quien no. A esa mesa corresponden cuatro calles, ninguna muy pequeña. Según pone en el librito explicativo que te llega con la carta, los miembros de las Mesas Electorales son elegidos por sorteo público entre las personas censadas en esa sección electoral que sean menores de 65 años y sepan leer y escribir.
Es curioso, por lo tanto, que de las 8 personas citadas 3 sean vecinos de mi escalera (ya no de mi portal) y otras dos sean vecinas del portal de al lado. O la mayoría de los menores de 65 años alfabetizados nos concentramos todos entre esos dos bloques o no lo entiendo yo muy bien, pero en fin.

Total, que al final la cosa se ha calmado, yo he depositado mi voto cuando se ha abierto al público el colegio electoral y después me he venido a casa. Espero que el pobre vocal titular no pase un día muy malo y que el vecino del sexto tenga una buena justificación que le evite el multazo previsto.

Yo he cumplido con mi obligación de presentarme, he ejercido mi derecho al voto y, además, he colaborado pegando los sobrecitos de "Senado" y "Congreso" que identifican cada una de las urnas. Ya ha sido un día productivo. Que nadie se quede en casa.

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